En el Festival de Las Palmas premiaron conjuntamente a las dos ancianas actrices de «Lola», a Anita Linda (84 años) y a Rustica Carpio (79 años). Son las dos abuelas de las película, y es que, en tagalo, «lola» quiere decir abuela. Es un término que los filipinos expresan con mucho cariño y respeto, porque en aquella socidad las mujeres de mayor edad son reverenciadas como se merecen. En los ambientes pobres son ellas las que se ocupan de los nietos, sustituyendo a los padres y madres ausentes o con problemas.

«Lola» está rodada en el barrio marginal de Malabon, que es una zona de Manila anegada por las aguas, y en la que la supervivencia es muy dura. Brillante Mendoza quiso reflejarlo sin medias tintas filmando durante la temporada de lluvias, lo que da mayor dramatismo si cabe a la historia de la abuela Sepa y la abuela Puring.

Las dos se sacrifican por su nietos sin pensar en ellas mismas. La abuela Sepa debe costear el entierro de su nieto, asesinado por un ladrón de móviles. La abuela Puring trata de reunir la cantidad que le exigen para pagar la fianza de su nieto, que es el ladrón de móviles. Se trata de una fianza muy elevada y fuera de sus posibilidades económicas, debido a que en Filipinas el teléfono móvil es el objeto más sustraído, por lo que es el tipo de robo con violencia más perseguido por las autoridades locales.