La izquierda abertzale ha propuesto blindar las cajas vascas con el objeto de defender su modelo social «frente a los intentos de privatización, bancarización y las imposiciones de reducción o desaparición de la Obra Social, o de un marco estatal». A su juicio, es necesario acordar «la defensa de un modelo social, democrático, plural, que mira y defienda los intereses de la ciudadanía de este país, y que plantee un marco socioeconómico y laboral vasco», del mismo modo que cree «inasumible» aceptar «las imposiciones de Madrid, el decretazo ni la nueva Ley de Cajas de la CAPV al servicio de los intereses del PSOE y el PP».

En una nota de prensa, la izquierda abertzale consideró que la ciudadanía vasca apoyaría su propuesta de blindar las cajas si las fuerzas abertzales acordaran hacerlo, y sostiene que «sólo hace falta verdadera voluntad y ganas de apostar por un proyecto que ilusiones y tenga unos objetivos claros y definidos donde este país y su ciudadanía sean los verdaderos beneficiarios».

La mano tendida

Por ese motivo, dejó claro que no va a apoyar «ni su privatización, ni su bancarización ni proyectos mercantilistas y de oscuros intereses partidistas» mientras que, si el resto de los agentes «de verdad quieren apostar por un proyecto de caja vasca que sirva para ayudar a salir de la crisis desde un modelo social y de país», la izquierda abertzale dice tender su mano tendida. Al respecto, cree que es posible llegar a un acuerdo en ese camino, aunque, advirtió de que «no podemos tardar mucho o nos van a imponer una ley, con unos cambios, que van a hacer lo imposible su futuro y su función social».

En la nota, la izquierda abertzale señaló que, si bien en los últimos tiempos las cajas han estado en el foco mediático, han sido pocos los pasos que, realmente, se han dado para defenderlas. De hecho, censuró que las medidas que se han tomado han ido justo en dirección contraria. En este sentido, responsabilizó de estos movimientos a algunas fuerzas políticas que «están haciendo todo lo posible para cargárselas, para privatizarlas, convertirlas en bancos y abandonar su obra social». Al respecto, y porque «sabíamos lo que vendría», recordó que hace dos meses, a finales de diciembre, hicieron un emplazamiento a las fuerzas políticas, sociales y sindicales, así como a los clientes de las cajas, para que se hiciera «un esfuerzo claro y rotundo» al objeto de avanzar hacia un sistema financiero adecuado para Euskal Herria.

Adueñarse de las cajas

«La respuesta -lamentó- ha sido elocuente, el silencio ante nuestras propuestas y la puesta en marcha de un proyecto en sentido contrario». Entre las medidas adoptadas, destacó los cambios legislativos que pretenden avanzar hacia la privatización y bancarización de las cajas y la pretensión de trasladar la Obra Social a fundaciones, «que sólo unos pocos controlan y manejan a su antojo», y su desaparición como hasta ahora había sido conocida. Incluyó, asimismo, el «fantasmal» proyecto de reforma de la Ley de Cajas que pretende acometer Lakua, que, criticó, «pocos conocen pero que poco a poco se está filtrando en la prensa» y con el que PSE y PP pretenden «dar un vuelco a la representación para así controlar ellos lo que hasta la fecha controla el PNV».

Para la izquierda abertzale, ese borrador «da mucho miedo a la sociedad vasca», ya que, por lo que se conoce , «pretende arrebatar representación a la institución más cercana a la ciudadanía, los ayuntamientos -les quieren quitar casi el 50% de la representación-, para dar cabida a sus representantes vía representación en el Parlamento».

En el fondo de esta estrategia estaría, en su opinión, la intención de esos dos partidos de «adueñarse» de las cajas y dejarlas en manos de la banca y de los mercados.

Respecto al PNV, la izquierda abertzale señaló que algunos jeltzales «empiezan a ver las orejas al lobo» y a cambiar el discurso, asegurando que quieren llegar a un acuerdo sobre la fusión de las cajas vascas.

Sin embargo, les reprochó que «no dicen para qué, ni cómo, ni qué modelo va a tener la futura caja». «Parecen obsesionados con mantener ellos el control» criticó. Opinó que ése «tampoco es el camino», sino que «hay que abrir las cajas a la democracia, a la pluralidad, y hay que mantener su modelo social».

En todo caso, y aunque le preocupan todas esas cuestiones, aseguró que «estamos dispuestos a debatir, a negociar y a acordar una caja vasca fusionada», partiendo de que lo importante es el modelo de caja que se quiere impulsar con la fusión.