Entre las cuatro derrotas consecutivas y, sobre todo, la mala imagen ofrecida el miércoles en La Romareda, las alarmas han empezado a encenderse en el Athletic. Sólo la sexta plaza que mantienen los rojiblancos en la clasificación posibilita que no sean todas, aunque ya hay quienes dan carácter de ultimátum a la visita del Sevilla.

Desde luego, la racha del equipo es preocupante, como ilusionante fue la anterior. Pero es posible, sobre todo, que lo sea porque se ha tratado de rachas muy pronunciadas. Tal y como decía Óscar de Marcos a la conclusión del encuentro frente al Valencia, «si hubiésemos intercalado estas derrotas y las victorias anteriores, no nos llamaría tanto la atención».

La clasificación da buena muestra de ello. Ya se sabe en qué se convierte quien se consuela con el mal de otros, pero lo cierto es que la irregularidad que está marcando la trayectoria del Athletic no es, precisamente, un defecto exclusivo de los rojiblancos. Exceptuando a Barcelona, Real Madrid y, en menor medida, Valencia, todos los equipos se han acostumbrado a dar una de cal y tres de arena. Viendo la trayectoria de los candidatos a la Europa League, da la sensación de que el billete continental se cotizará esta temporada más barato que nunca.

La fiabilidad brilla por su ausencia y el Athletic bien puede servir de ejemplo. El equipo de Joaquín Caparrós ha sumado menos de la mitad de los puntos, nueve, disputados en la segunda vuelta. Unos números bastante pobres para quien quiere estar en Europa la próxima temporada. Sin embargo, sólo dos de sus rivales lo han hecho mejor. Y no por mucho: el Sevilla ha sumado tres puntos más en estos siete encuentros y la Real apenas ha superado en uno a los rojiblancos en el mismo tiempo. El resto ni siquiera ha llegado a esos porcentajes: el Mallorca se ha quedado en siete, el Espanyol en seis, el Atlético de Madrid en cinco y el Getafe en cuatro. Y, junto a los dos primeros clasificados, que cuentan por victorias prácticamente todo lo que juegan, sólo Valencia, Real y el propio Athletic han sido capaces de enlazar dos triundos desde el ecuador de la Liga: lo hicieron los rojiblancos con tres consecutivos ante Hércules, Atlético y Sporting, los chés con dos frente a Hércules y Atlético, y los donostiarras con otros dos contra Osasuna y Mallorca.

El resto ha sido incapaz de enlazar dos alegrías consecutivas, de ahí que el Athletic, pese a la barrena en la que ha entrado, se mantenga en la sexta plaza. Y todavía con un colchón, reducido pero aún existente, de tres puntos sobre el octavo.

El futuro

Otra cosa es que el futuro pinte en la misma dirección. Los tropiezos han reducido la tranquilidad que dan los puntos y el espectáculo de Zaragoza puede evidenciar algo aún peor.

Justo cuando los bilbainos afrontan la parte más exigente, y por tanto también más relevante, de la temporada. Sobre todo por la dificultad de sus próximos choques en San Mamés (Sevilla, Villarreal, Real Madrid, Real Sociedad), juez habitual del porvenir rojiblanco.