«¿Por qué no vuelven a fabricar coches de vapor, que son lentos y encima no contaminan?», se quejaba ayer un forero en Intenet. En la red, plataformas como www.110.no.com o www.movimiento140.com aceleran su rechazo a la entrada en vigor de la ley que fija en 110 km/h el tope de velocidad en autovías y autopistas. Prisas que han derivado en que la segunda de esas iniciativas y la empresa de gestión de multas Dvuelta presentaran sin dilación un recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Supremo, por entender que el decreto fija con carácter general un límite de velocidad sin atender a los «únicos criterios» que, en opinión de los demandantes, el Ejecutivo puede tener en cuenta según la Ley de Tráfico: la seguridad vial y no el ahorro de combustible.

La pregunta es si los conductores serán tan respetuosos con la nueva restricción como lo han sido los fumadores con la igualmente polémica Ley Antitabaco. Según Mario Arnaldo, portavoz de Automovilistas Europeos Asociados, la reducción del límite de velocidad «aumentará en un 30% el número de infracciones».

Pero más allá de las encuestas a pie de calle o de los porcentajes que se ofrecen sin aportar en qué se sustentan, las estadísticas se antojan más objetivas y premonitorias. Según el Anuario Estadístico 2009 del Ministerio de Fomento, casi la mitad de los vehículos que circulan en autovías lo hacen a menos de 100 km/h, el 15% superan los límites de velocidad actuales de 120 km/h y un 35% conduce entre 100 y 120 km/h.

Cada vez más multas

Otro dato relevante para calibrar el respeto a este decreto lo arrojan las cifras de multas de tráfico por exceso de velocidad. Por ejemplo, la Ertzaintza tramitó el pasado año 118.220 denuncias por circular a más kilómetros de los autorizados, lo que supone 324 cada día. Lo llamativo es que esa cifra representa un aumento del 32% respecto al ejercicio anterior, que sumó 89.110 sanciones.

En Nafarroa, la primera causa de resta del saldo de puntos del carné viene siendo la velocidad, infracción que registró además un aumento espectacular en denuncias registradas durante el último año, pasando de 10.580 a 25.066, lo que arroja 14.409 sanciones más.

La mayoría de conductores, según relevan las encuestas hechas, se muestra contraria a la rebaja de este límite de velocidad. Hasta el Gobierno navarro, por boca de su portavoz, Alberto Catalán, lo calificó ayer de «ocurrencia». Y la Unión de Guardias Civiles afirmó que el límite a 110 km/h es una «tomadura de pelo» para «recaudar» más.

Frente a estas voces, la Asociación estatal de Víctimas de Accidentes de Tráfico lamentó las «reacciones tan viscerales que ha desatado una medida», la cual, añadió, «podrá gustarnos o no, pero lo que es cierto es que a nadie perjudica». El director general de Tráfico, Pere Navarro, señaló recientemente que si todo el mundo respetara los límites de velocidad se podrían evitar uno de cada tres accidentes de tráfico.

Serias dudas sobre el ahorro

Por su parte, el ministro de Industria, Miguel Sebastián, calificó de «absurdo» decir que la rebaja de la velocidad máxima esconda un afán recaudatorio. Tampoco tiene como meta una reducción de los accidentes de circulación. El objetivo oficial es reducir el gasto en combustible, lo que, según diversos análisis podría situarse en torno al 2-3%, nada que ver con el hasta 15% que se argumentó en un principio al anunciar la medida.

La Asociación de Automovilistas Europeos asegura que en 2004 la velocidad media en autovías era de 117km/h y en 2008 bajó a 114km/h, y aun así el consumo de combustible creció.

Más reseñable aún es un informe de la Agencia Internacional de la Energía, titulado ``Ahorrar petróleo con prisas'', y que trata precisamente del impacto de diferentes posibles medidas rápidas, o de choque, para ahorrar petróleo en el sector del transporte. Incluye un estudio sobre el impacto de la reducción de la velocidad máxima permitida en autovías y autopistas. Su conclusión, para Europa, es que una bajada de 20 km/h -más de los actuales 10 km/h- daría lugar a una reducción del consumo de combustibles para transporte por carretera del 2,9%.

En cualquier caso, la Confederación estatal de Autoescuelas aseguró ayer que conducir de manera eficiente puede suponer un ahorro de entre 255 y 400 euros anuales para un conductor medio que realice 15.000 km. al año. Una conducción que, claro está, va mucho más allá de reducir sólo la velocidad habitual a la que circulamos.