Un ataque informático a gran escala ha afectado durante semanas al Ministerio francés de Economía y, en particular, a funcionarios encargados de la presidencia francesa del G20, según las revelaciones hechas ayer por la prensa y confirmadas por fuentes del Ejecutivo galo.

El ataque, que comenzó en diciembre y se prolongó hasta el pasado fin de semana, afectó a más de 150 ordenadores del Ministerio, sobre todo de la dirección del Tesoro, y se centró en documentos preparativos del G20 y de otros asuntos internacionales, precisó «Paris Match» en su edición digital.

A este respecto, el ministro del Presupuesto, François Baroin, dijo que hay diversas «pistas» pendientes de confirmar sobre el origen de esta infiltración, la primera de esta dimensión contra la Administración francesa, aunque señaló que «probablemente» procedía del extranjero. Baroin, en una entrevista a la emisora de radio «Europe 1» recogida por Efe, puso el acento en que, según los primeros datos, el pirateo no habría alcanzado los expedientes fiscales de particulares, y que el objetivo era «la organización del G20». El responsable de las cuentas públicas admitió que se trata de la primera vez que se produce un ataque informático tan «espectacular» contra el Estado francés.

Un alto funcionario que quiso preservar su anonimato contó a «Paris Match» que «se ha constatado que un cierto número de informaciones se redirigían a sitios chinos», pero matizó que «eso no significa mucho» sobre el punto del que había partido la operación de piratería.

El Ministerio de Economía ha presentado una denuncia «contra X» (que no identifica presunto culpable) y desde que las primeras alertas saltaron a comienzos de enero se activó una investigación de la que se está encargando la Agencia Nacional de la Seguridad de los Sistemas de Información (ANSSI) y que ha estado ocupando a entre 20 y 30 personas «día y noche». En cualquier caso, aunque se ha llevado a cabo una operación de mantenimiento con 12.000 ordenadores del Ministerio, los responsables de la investigación han admitido que tardarán semanas en identificar a los 150 funcionarios infiltrados informáticamente y restablecer las garantías de seguridad del Ejecutivo.

La ANSSI ha realizado diferentes verificaciones y ha comprobado que ni los servicios del Elíseo ni los del primer ministro se han visto afectados por esta operación. En cualquier caso, los servicios secretos franceses se han activado para aclarar la situación. El método de espionaje ha consistido en la infiltración del sistema informático del Ministerio con una dirección de correo electrónico pirateada que permitía la entrada en un ordenador gracias a un documento adjunto de un mensaje que actuaba de caballo de Troya.