Raimundo Fitero
Torrente
Santiago Segura es uno de los artistas-productores que mejor saben vender su producto. Mejor y de más diversas maneras. Más persistente, más percutor que nadie. Desde su primer Torrente ya demostró manera de ejecutivo de ventas humilde pero incansable. Con sus camisetas, sus apariciones allá donde le dejaran, buscando espectadores de uno en uno, sin hacer selección previa, logró, ya en su primera entrega, unas audiencias de espectadores que le convirtieron inmediatamente en una persona respetada por la industria, porque es rentable. Las reposiciones televisivas sigan logrando audiencias millonarias.
Rodó su primera entrega sin cobrar nada, consiguió de su productor que le diera un porcentaje de las ganancias, y como fueron tantas, la segunda entrega se la pudo sufragar sin necesidad de contar con otro productor. Desde entonces es una máquina de hacer euros. Y sigue con su humildad, sigue haciendo películas como actor, apoyando a directores que empiezan, convenciendo a personajes y personajillos del famoseo más populista para que participen en su películas y, dicen las malas lenguas, que sin apenas pagarles nada, pero logrando ir sumando frikis que pueden interesar a un número de posibles espectadores.
Está ahora de promoción y ocupa muchos espacios en radios y televisiones, en programas de toda índole. Su película se anuncia, pagando se supone, en algunos canales, pero él acude a todos los programas donde le llaman o su equipo de promoción le busca hueco. Y lo hace acompañado por sus figuras estelares, siempre eligiendo bien el lugar dónde ir con figuras del tamaño de Paquirrín o Belén Esteban. Es una táctica de ventas bastante eficaz, porque si algo hace Santiago Segura es ofrecer un producto testado, el cutrerío, la imagen más oscura de la sociedad en la que vive, y de esa parte le salen algunos de sus compañeros de reparto. La película se estrena en 3D lo que le confiere otro rango, pero igualmente será, sin lugar a dudas un éxito. Romperá la taquilla, subirá los porcentajes de ocupación y de aceptación del cine español. Por lo tanto, Torrente, es bastante mejor para el cine, que la ministra González-Sinde, descargada definitivamente.