La Real desperdició la primera hora del partido de Riazor en ese absurdo debate que rodea al club, sobre si debe marcarse más objetivos que la permanencia o empezar a planificar el futuro. Illarramendi y Agirretxe demostraron que dar minutos a estos jugadores no implica descuidar otros objetivos y que probablemente si juegan los jugadores que tienen futuro en este club será más factible aspirar a una mejor clasificación.

Porque Rivas, que está de horror tras montarse su pasión turca, ni ayuda a aspirar a la séptima plaza ni tiene futuro en este club. Una falta absurda suya permitió al Deportivo adelantarse en el marcador y para una vez que se acercó al área rival originó un contragolpe en el que Adrián sentenció.

Cuando Lasarte retiró a Diego Rivas, la Real mejoró, pero si ni el Madrid ni el Villarreal fueron capaces de marcar en Riazor a un equipo que había encajado un gol en los cuatro partidos anteriores, lograr dos en media hora era una misión imposible. Sólo consiguió uno en un gran remate de Agirretxe en la única jugada destacada de Xabi Prieto.

Así volvió de vacío de Riazor porque no se puede desperdiciar tanto tiempo ni conceder esa ventaja a un rival que Lotina ha pulido a la perfección en el aspecto técnico. Los gallegos cerraron todos los caminos al intento de reacción de la Real y sólo Sarpong protagonizó un disparo sin mayor peligro en la media hora que quedaba tras el gol de Imanol Agirretxe.

Pésimo primer tiempo

El primer tiempo fue pésimo de los dos equipos, pero sobre todo de la Real, que fue incapaz de generar ninguna ocasión de peligro, no lanzó ningún disparo, ni forzó ni ningún corner ni ninguna falta cerca del área del Deportivo. Se limitó a mantener la posesión del balón, pero sin dar velocidad a su juego, a un ritmo muy bajo.

Así la Real movió el balón sin profundidad en horizontal, sobre todo en el primer cuarto de hora, en el que sólo se puede destacar a Illarramendi y un par de controles de Agirretxe en los únicos balones que recibió, porque la línea de tres estuvo fuera del partido, sobre todo los dos jugadores de banda.

No hizo mucho más el Depor, que demostró por qué sus partidos son los más aburridos de la Liga -en sus cuatro anteriores sólo se habían visto tres goles- y por qué es el equipo menos goleador. Pese a jugar en casa y necesitar más la victoria, esperó en muchos momentos a la Real en su campo, sin arriesgar nada, bien colocada a la espera de los regalos que concedería la Real.

Sólo inquietó en una pérdida de Xabi Prieto, para salir en una contra en la que Riki disparó cruzado fuera por poco. Y luego le bastó la habitual mano de Rivas en una acción en la que no tenía ninguna oposición y en la que en lugar de bajar el balón con el pecho lo hizo con los brazos. Si hay un equipo al que no se pueden regalar esas opciones es al Depor, que ha marcado 8 de sus 23 goles en faltas. En la de ayer Guardado la sacó y Colotto y Riki ganaron la partida a Mikel González y Demidov para adelantar al Deportivo.

Esas dos jugadas fueron lo único destacado del primer tiempo, junto con la labor de Mateu Lahoz, el árbitro al que dentro del absurdo que rodea al fútbol han puesto de moda por no pitar faltas. Una cosa es dejar jugar cuando el equipo que la recibe está en posesión del balón y otra dejar de sancionarlas. Sólo pitó nueve en el primer tiempo y dejó sin sanción tres flagrantes a Bravo, Xabi Prieto y Zurutuza que casi eran merecedoras de tarjeta amarilla.

La Real mejoró en el inicio del segundo tiempo. Claro que era imposible hacerlo peor. Así Agirretxe tuvo una opción que desbarató Aranzubia y Zurutuza e Illarramendi demostraron que sabían que al final del campo que defendía el Depor había una portería, aunque sus disparos fueron lejos de ella.

La sentencia

Pero el atisbo de reacción de la Real no se concretó en ninguna jugada reseñable y en una contra el Deportivo fabricó la mejor jugada del partido que culminó Adrián, al que Lotina había puesto de delantero cuando reforzó su centro del campo en el plano defensivo con la entrada de Desmarets.

Lasarte reaccionó con un doble cambio ofensivo al retirar a Rivas y Mikel González y dar entrada a Sarpong y De la Bella. La doble sustitución estuvo acompañada de la de Antonio Tomás y de un cambio de posición de Xabi Prieto, que aprovechó para combinar con Sarpong y dar a Agirretxe la opción de marcar el segundo gol de la temporada ante el equipo contra el que logró el primero en Anoeta.

El holandés también estuvo bien en una jugada en la que buscó el disparo lejano y se veía a otra Real, pero el Deportivo supo defender con maestría el punto y además contó con la complicidad del equipo guipuzcoano. Lasarte cometió el error de dar entrada a Ifrán y de volver a mover todas sus piezas cuando la presencia en el centro de Xabi Prieto había desequilibrado a su rival y la única opción que pudo tener su equipo fue una falta que se sacó en corto sin buscar una acción similar a la que dio el primer gol a un Depor al que le valió con eso y con una contra para ganar.