Raimundo Fitero
En la circunvalación
Una vez más las cadenas generalistas emprenden una carrera de circunvalación, como si fueran por una pista ovalada persiguiendo una presa falsa atada a un mecanismo sin fin. Las audiencias se convierten en conejos que se disfrazan según los relativos éxitos. Se nos anuncian dos programas de convivencia en Tele 5 y Antena 3, que tendrán, parece ser, naves, barcos, carabelas, como escenario porque han entendido que al rebufo de los relativos éxitos de «El Barco», en una de ellas y el que suponen será su próxima en exhibición «Piratas», se crean las condiciones adecuadas como para competir en la telerrealidad flotante. Los datos de audiencias no deberían ayudar a tomar estas decisiones, pero los programadores tienen sus propios lenguajes, sus propios códigos, me imagino que compromisos y favores que pagar.
Pero la circunvalación de las programaciones es notable en todas las cadenas y en cuanto a las series, es quizás TVE la que sigue dando más vueltas a lo mismo, de una manera casi obsesiva. La historia de España del siglo XX se ha convertido en un filón. Y si se ha escrito historia, es por resumir, por intentar aproximarse a lo que puede entenderse que reflejan series de ficción como «Amar en tiempos revueltos», «Cuéntame», «La señora» y ahora «14 de abril. La República». Parece ser que tienen clientela suficiente, por eso insisten, repiten, abundan.
Sin restarle la importancia que pueda tener la existencia de un número de ciudadanos a los que les interese tener alguna referencia al pasado reciente, aunque sea a través de estas ficciones con excesivas distorsiones u ocultaciones de los hechos y de sus responsables históricos, lo que a un servidor realmente le cansa es su estética. Su apesadumbrada estética, su intención reproductora de un tiempo y un ambiente, pero hecho de manera tan pobre y cutre que no aguanta ninguna mirada mínima rigurosa. Las interpretaciones tan planas, los guiones tan sentimentaloides, tan tendentes a la confusión de lo emocional con lo político, con una propensión al melodrama que convierten las supuestas buenas intenciones, en una propuesta fallida, aburrida, incomprensible, perdida en la circunvalación.