Atentado en Jerusalén y cohetes en Israel tras los bombardeos sionistas
El primer atentado con bomba en Jerusalén desde 2004 se saldó ayer con la muerte de al menos una mujer de 59 años y causó heridas a otras 39 personas. El ataque, que se produce en plena escalada de la violencia en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza, hace temer una nueva operación israelí «Plomo Fundido» contra el enclave palestino. Benjamin Netanyahu ya ha lanzado sus primeras amenazas.
GARA
Una mujer de 59 años de edad murió y al menos 39 personas resultaron heridas a causa de una explosión registrada en uno de los principales accesos a Jerusalén, informó la radio pública israelí.
Según las últimas informaciones de los equipos de emergencias y servicios hospitalarios, un total de 39 personas fueron heridas, dos de ellas en situación grave, quince moderados y el resto leves.
La explosión se produjo al estallar, en hora punta, una carga de entre uno y dos kilogramos de explosivo escondida en el interior de un bolso junto a una cabina telefónica y dos autobuses regulares llenos de pasajeros, según el jefe de la Policía jerosolimitana, Aaron Franco.
El lugar de la deflagración se encuentra en un punto situado entre el centro de convenciones y congresos de Jerusalén, Binianei Haumá, y la estación central de autobuses de la ciudad.
Numerosos equipos de emergencia y efectivos policiales se desplazaron al lugar del incidente, acordonaron la zona e impidieron la circulación rodada en las inmediaciones.
Artificieros de la Policía efectuaron pesquisas en el lugar de la explosión para descartar la posibilidad de que hubiera otros artefactos sospechosos.
Ninguna organización o grupo armado se ha adjudicó ayer la autoría del ataque.
Desde 2004 no se había producido ningún atentado con bomba en Jerusalén, si bien en marzo de 2008 se registró un ataque armado contra un centro rabínico. El año siguiente, se produjeron ataques de palestinos con excavadoras, que hirieron a decenas de personas.
El suceso de ayer, que fue condenado por el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, entre otros, se produce mientras la violencia se intensifica en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza.
Precisamente, las milicias palestinas lanzaron en la madrugada de ayer cohetes cada vez más al interior de Israel, como respuesta a la muerte un día antes de ocho palestinos, en la mayor escalada de violencia desde que el Estado hebreo atacara, a finales de 2008, la Franja de Gaza, matando a 1.400 palestinos, en su mayoría civiles.
El movimiento Yihad Islámica reivindicó los lanzamientos de tres cohetes de tipo Grad, dos de los cuales cayeron en la ciudad de Beersheva, situada a unos 40 kilómetros de la Franja de Gaza, mucho más lejos que las ciudades israelíes que habitualmente suelen ser blanco de acciones de tipo similar. Una persona resultó levemente herida.
El tercer proyectil fue lanzado contra el puerto de Ashdod, aunque sin dejar heridos. Además, varios proyectiles más fueron lanzados a lo largo de la jornada de ayer.
Los milicianos de las Brigadas Al Qods anunciaron asimismo su intención de atacar cada vez más lejos dentro del territorio israelí.
Esta escalada de violencia podría desembocar en un nuevo ataque importante de Israel contra la franja palestina. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió de que su país «devolverá cada golpe» a los «terroristas».
El ministro israelí de Defensa Pasiva, Matan Vilnai, declaró poco antes que «es cuestión de tiempo que nos enfrentemos de nuevo a Hamas y que le inflijamos una nueva lección».
El Parlamento israelí aprobó el martes una controvertida ley que penalizará a las organizaciones que conmemoren la Nakba (catástrofe, en árabe), el recuerdo de los palestinos a los refugiados que tuvieron que abandonar sus casas al fundarse el Estado de Israel.
El proyecto de ley, impulsado por el partido ultraderechista Israel Beitenu, del ministro de Asuntos Exteriores israelí, Avigdor Lieberman, fue finalmente aprobado por 37 votos favorables, frente a los 25 diputados que se opusieron.
La nueva norma establece sanciones económicas para las organizaciones financiadas con fondos públicos, como los municipios o las instituciones educativas, que cada año conmemoran el «duelo» por la Nakba o que apoyen actividades consideradas «contrarias a los principios del Estado» hebreo. También se impondrán penas a los organismos que apoyen la resistencia armada o el racismo contra Israel, o que profanen la bandera o los símbolos nacionales.
Parlamentarios laboristas y de los partidos de izquierdas han criticado la ley al consideran que es antidemocrática y restringe la libertad de pensamiento y de expresión de la población árabe, que supone un 20% de la población israelí.
La Knesset también aprobó ayer, con 35 votos a favor y 20 en contra, otra polémica ley, que permitirá a pequeños pueblos y comunidades rechazar por motivos culturales o raciales a residentes que deseen vivir en ellas.
La Asociación de Derechos Civiles de Israel anunció que apelará la nueva norma, al considerar que «establece un mecanismo de segregación étnica entre los ciudadanos israelíes judíos y árabes», algo que este colectivo afirma que es inconstitucional. GARA
El creciente aislamiento de los 270.000 palestinos que residen en Jerusalén Este y su separación del resto de la población palestina tiene graves consecuencias humanitarias, denunció ayer la ONU.
La separación «física, política y cultural» de los jerosolimitanos del resto de palestinos ahonda en la vulnerabilidad humanitaria de esta población, aseguró en un informe.
«Como potencia ocupante, Israel es responsable bajo la legislación internacional de asegurar que se cubran las necesidades humanitarias de la población ocupada», tales como el acceso a la vivienda o a la educación. GARA
