Sebastian Vettel y Red Bull lucharán desde este fin de semana por reeditar los títulos de pilotos y de constructores cosechados en 2010. Tras el aplazamiento del GP de Bahrein, previsto para el pasado 13 de marzo y que sigue a la espera de conocer su futuro, el circuito australiano de Albert Park será el encargado de dar el pistoletazo de salida a un Mundial de Fórmula Uno que cuenta con la novedad del Gran Premio de India, el próximo 30 de octubre en el circuito de Jaypee (cerca de Nueva Delhi), y que reunirá a cinco campeones del mundo en su parrilla de salida: el propio Vettel, los británicos Jenson Button y Lewis Hamilton (McLaren), Fernando Alonso (Ferrari) y Michael Schumacher (Mercedes).

Se trata de un caso muy poco habitual, ya que la única vez que había sucedido algo similar fue en la edición de 1970. En aquella ocasión, los cinco campeones mundiales en liza fueron Denny Hulme, Jackie Stewart, Jack Brabham, Graham Hill y John Surtees. Curiosamente, el ganador final no fue ninguno de ellos, y el título se lo llevó el austríaco Jochen Rindt, el único campeón póstumo de la historia de la Fórmula Uno, ya que murió a falta de tres carreras para terminar la temporada.

Por lo visto en los entrenamientos invernales llevados a cabo en Valencia, Jerez y Barcelona, parece que Red Bull volverá a ser la escudería a batir. La evolución del RB6, que el año pasado se llevó la pole position en 15 de las 19 carreras disputadas, al RB7 actual ha sido gradual y los tests previos han llevado el optimismo al equipo austríaco. La consistencia al volante del alemán Sebastian Vettel, que está batiendo todos los récords de precocidad en la Fórmula Uno siendo en piloto más joven en ganar el Mundial, completan un binomio que será muy difícil de superar.

Evolución o revolución

Ferrari volverá a ser, como no podía ser de otra manera, el gran aspirante al título. La escudería italiana, que el año pasado estuvo a punto de hacerse con el cetro mundial en la última carrera, tiene en la fiabilidad del Ferrari 150º su punto fuerte.

De hecho, el cambio de neumáticos para la nueva temporada -Pirelli sustituye a Bridgestone- puede premiar todavía más esa regularidad, ya que las nuevas gomas se degradan con más facilidad y pondrán en aprietos a los pilotos. Que el encargado de gestionar esa novedad sea el asturiano Fernando Alonso, bicampeón mundial y experto conductor en situaciones delicadas, da todavía más opciones al «cavallino rampante».

Peor le han ido las cosas a McLaren. Si sus dos grandes rivales han optado por la evolución, los británicos se han decantado por la revolución. Y, de momento, los resultados no son nada halagüeños. El propio Lewis Hamilton ha reconocido en fechas recientes que su monoplaza no está para ganar carreras y, si el año pasado ya tuvieron problemas para ser competitivos y terminar carreras -Hamilton se retiró en tres de los ocho últimos grandes premios-, parece que este principio de temporada puede ser una continuidad del anterior.

Y, como es habitual en la Fórmula Uno, fuera de las tres grandes escuderías hace mucho frío. Entre la clase media parece que Mercedes, con el siete veces campeón Michael Schumacher queriendo reverdecer viejos laureles, y Renault, con la baja del accidentado Robert Kubica pero una importante innovación en los escapes que podría dar que hablar, parecen los llamados a luchar habitualmente por las posiciones de honor.

Entre los más modestos, cabe destacar a los cuatro pilotos que debutarán en el Mundial: el mexicano Sergio Pérez (Sauber), el venezolano Pastor Maldonado (Williams), el británico Paul di Resta (Force India) y el belga Jerome d'Ambrosio (Virgin).

Más adelantamientos

La dificultad para realizar adelantamientos y la escasez de maniobras espectaculares, ha sido uno de los quebraderos de cabeza de los mandamases de la F1 durante los últimos años. Para intentar remediarlo, este año se introducen algunos cambios en el reglamento, recuperando el KERS -permite disponer de 80 caballos de potencia extra durante un tiempo determinado- y apostando por el alerón trasero móvil -se activa sólo en zonas concretas para facilitar el adelantamiento-.

Además, la rápida degradación de los Pirelli obligará a los pilotos a efectuar más paradas en boxes, con lo que las tácticas de equipo se complicarán.

Entre las modificaciones que más controversia pueden crear destacan la «regla del 107 por ciento», que prohíbe tomar la salida en la carrera a aquellos coches que hayan excedido en un 7% el mejor registro de la sesión calificatoria, y el manido tema de las órdenes de equipo.

En cuanto a la primera regla, existe la opción de repescar a un piloto si ha demostrado en las sesiones libres que puede entrar en los tiempos adecuados; en cuanto a la segunda cuestión, se anula el artículo 39.1 del reglamento que prohibía las órdenes de equipo, pero la FIA recuerda que sigue en vigor el artículo 151c, por el que se pueden establecer sanciones si se realizan acciones que vayan «en descrédito del deporte». La polémica está servida.