Fallece Elizabeth Taylor, una de las figuras legendarias de los años dorados de Hollywood
El mundo del cine dice adiós a Elizabeth Taylor, uno de sus rostros más legendarios de Hollywood. La belleza de mirada violeta falleció ayer en un hospital de Los Ángeles a raíz de problemas cardíacos.
GARA | LOS ÁNGELES
La actriz Elizabeth Taylor murió ayer en Los Ángeles a los 79 años, según adelantaron varias cadenas de televisión estadounidenses. La ganadora de dos Óscar por «Una mujer marcada» (1960) y «¿Quién teme a Virginia Woolf?» (1966) estaba hospitalizada desde hacía semanas en el centro médico Cedars-Sinai de esa ciudad aquejada de problemas cardíacos.
Una esplendorosa carrera como actriz, con dos Óscar incluidos, y una vida privada azarosa y bastante turbia, con ocho matrimonios y problemas con las drogas, fueron las luces y las sombras por las que fue oscilando durante sus siete décadas en el mundo del cine.
Comenzó en el cine a los siete años con «Hombre o ratón», a la que siguió, tres años más tarde, «Lassie».
En 1949 participó en «Mujercitas» y luego llegaría «Gigante» junto a James Dean. En 1957 protagonizó otro de los títulos más importantes de su carrera, «El árbol de la vida» (1957), con el que consiguió su primera nominación al Óscar, que repetiría en 1958 por uno de sus papeles más celebrados, el de Maggie en «La gata sobre el tejado de zinc», frente a Paul Newman. Así fue acumulando hasta setenta títulos que le valieron cinco nominaciones y dos Óscar.
La primera de ellas le llegó en 1960 por su trabajo en «Una mujer marcada» donde daba vida a una prostituta de lujo. Y en 1966 le llegó la segunda por «¿Quién teme a Virginia Woolf?», el drama dirigido por Mike Nichols. Pero, entre uno y otro rodó el que para muchos es su película más emblemática, «Cleopatra» (1961), y allí conocería al gran amor de su vida, Richard Burton, como ella misma reconoció.
A partir de la década de los ochenta fue dejando paulatinamente el mundo del celuloide con escasas colaboraciones. La última fue como suegra de Pedro Picapiedra en la versión de imagen real de «Los Picapiedra» (1994) de Brian Levant.
Tras dejar el cine, se dedicó a tareas humanitarias y, a raíz de la muerte por sida de su íntimo amigo Rock Hudson, se volcó en la búsqueda de fondos para combatir esta enfermedad.
Con múltiples problemas de salud Taylor fue hospitalizada en numerosas ocasiones por problemas de espalda, operada de cadera, de un tumor cerebral benigno y de válvulas coronarias. Su último ingreso fue el pasado 11 de febrero en el centro Cedars-Sinai de Los Ángeles por problemas cardíacos.
La actriz Elizabeth Taylor visitó fugazmente el Festival Internacional de Cine de Donostia en 1973, y su presencia, aunque no duró ni 24 horas, pasó a la historia del certamen. Y es que Taylor apareció con una hora de retraso a la presentación de su película pero, ante los insultos y abucheos del público, ella respondió con su mejor sonrisa. «Entiendo perfectamente lo que me gritan -dijo-, pero lo que quedará para la posteridad será mi sonrisa».
Llegó al aeropuerto de Hondarribia unas horas antes del pase de la película «Una historia en la noche», de Brian Hutton, vestida con vaqueros y una gorra, el único atuendo del que disponía por culpa de la pérdida de su equipaje.
El problema de su equipaje hizo que Taylor llegara al Teatro Victoria Eugenia con más de una hora de retraso. La actriz improvisó un «sari» que ha pasado a la historia del certamen, y con él recorrió los apenas 100 metros que separan el hotel del teatro. El público la tomó con ella y la cubrió de insultos e improperios, a los que Taylor respondió con su sonrisa.
Cuentan que la película, que todos recuerdan como «muy mala», finalizó y Taylor dedicó su sonrisa a todo el público que se fundió entre aplausos. GARA
