Tras ser localizado el vehículo de Amaia Azkue -la mujer que apareció muerta en el embalse Ibai-Eder de Azpeitia- en el Santuario de Loiola, la Ertzaintza se encuentra a la espera de conocer los resultados de algunas pruebas de ADN y de huellas dactilares para avanzar en la investigación que permitirá esclarecer las circustanacias en las que ocurrieron los hechos. Las pruebas de ADN habrían sido obtenidas de las uñas de la fallecida durante la autopsia, ya que si hubo forcejeo habría transmisión de células del autor.

En cuanto a las pruebas halladas en el coche de la fallecida, la Unidad de Investigación Criminal de la Ertzaintza habría obtetido más pruebas, entre ellas huellas dactilares. Aun así, para saber a quien corresponden las huellas, sólo sería posible contrastarlas informáticamente si el autor hubiese sido «fichado» en alguna ocasión. Mientras, la Policía sigue trabajando con la sospecha de que el móvil que inicialmente desencadenó la muerte fue el robo, aunque no descartan otras hipótesis.

Por la muerte de Amaia Azkue y por la trabajadora del hogar que falleció en Santurtzi al caer de un décimo piso mientras limpiaba una ventana, ayer decenas de personas se concentraron en Donostia convocados por la Coordinadora Feminista de la capital guipuzcoana bajo el lema «Aski da! Ni una más!».