Cuando allí por el año 2000 un grupo de ingenuos comenzaron a reunirse alrededor de una mesa del viejo Café Iruña intentando demostrar que era posible hablar, dialogar y, lo que es aún más difícil, consensuar entre diferentes -incluso entre muy diferentes- nadie pensaba que aquel precioso experimento durara tanto. Tomamos el nombre prestado y a partir de entonces comenzó la andadura del Foro del Café Iruña. Con el tiempo y por problemas ajenos a nuestra voluntad, se cayó del nombre el café donde pasamos tantas tardes y ahora nos llamamos sólo y nada menos que Foro Iruña.

Entre estos aventureros se encontraba José Luis Campo, que nos dejó anteayer tarde. Una baja unida a otras anteriores que, aunque han sido cubiertas por nuevas compañeras y compañeros que se han unido a la aventura, no deja de producirnos un profundo dolor.

José Luis era la síntesis de lo que intentábamos representar: tranquilo, dialogante, sensato y generoso, profundamente generoso. A esas cualidades unía su bondad, que transmitía a borbotones sólo con verle. Su experiencia política en Batzarre, como alcalde de Berriozar o incansable luchador sindical nos la trasladaba en cada charla. Pero sobre todo su capacidad de análisis y de consenso, de llegar a acuerdo incluso cuando discrepaba.

Las largas horas vividas en estos once años han hecho que las relaciones personales entre nosotros hayan ido fortaleciéndose y que el cariño esté ahora por encima de nuestras posibles diferencias en un tema concreto. Somos, hemos sido, amigos incluso en la discrepancia. Por eso nos duele su marcha, y aunque por su enfermedad hacía tiempo que no había acudido a nuestras citas, la próxima vez echaremos mucho más en falta su presencia.

Desde estas líneas nuestra solidaridad y apoyo a su familia, esperando que su ejemplo sirva para otros muchos en un momento especialmente difícil en lo social y político.

Agur, José Luis, adiós amigo y compañero, continuaremos en el mismo empeño, que era el tuyo, a favor del diálogo, la convivencia y el entendimiento.

(*) También firman esta carta Helena Berruezo, Iñaki Cabasés, Ginés Cervantes, Fermín Ciáurriz, Conchita Corera, Reyes Cortaire, Ioseba Eceolaza, Miguel Izu, Manolo Ledesma, Javier Leoz, Guillermo Múgica, Iosu Ostériz, José Luis Úriz y Patxi Zabaleta