Con dos años de retraso y el título cambiado, se estrena «36 vues du Pic Saint-Loup», que no se llama así por capricho, sino porque el veterano Jacques Rivette regresa a la misma zona de Languedoc en la que rodó «La bella mentirosa», película en la que también intervenía Jane Birkin.

Entonces este superviviente de la nouvelle vague expresaba su discurso sobre la creatividad a través de la pintura, pero ahora la vida se funde con el arte en el mundo del circo. Siendo así, la mirada que se desprende de ello es forzadamente nostálgica. La protagonista afronta un duro drama familiar del pasado, mientras Sergio Catellitto desempeña el cometido del extraño que siente atraído por ella, tanto como para hacer un alto en el camino e integrarse en las funciones circenses. De forma accidental habrá de sustituir a un payaso ebrio, aprovechando el anonimato que dan el maquillaje, el traje de varias tallas más grande y la nariz postiza para confesarse ante el público.