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La crisis portuguesa monopoliza el arranque de la Cumbre de la UE

Portugal necesita urgentemente un dinero que no tiene. Para conseguirlo usa dos vías. La primera, pedir prestado emitiendo deuda. Como no ofrece confianza de devolución, debe pagar un alto interés. La segunda es el recorte de gastos públicos y el aumento de ingresos vía impuestos. Pero el Parlamento ha rechazado el plan de ajustes del Gobierno, abriendo una crisis que puede derivar en «rescate».

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Imanol INTZIARTE | DONOSTIA

La crisis económica y política en la que se halla inmersa Portugal marcó ayer el arranque de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, que finaliza hoy en Bruselas. La gota desbordó el vaso el miércoles en Lisboa, cuando el Parlamento luso rechazó el cuarto paquete de ajustes propuesto por el Ejecutivo. Sólo el gobernante en minoría Partido Socialista dio su voto favorable.

Ante ese revés, y cumpliendo con lo que había anunciado, el primer ministro José Sócrates presentó su dimisión y abrió la puerta a unas elecciones anticipadas. Ya en Bruselas, Sócrates no quiso ahondar en la situación de su país, limitándose a señalar que «la única cosa que me preocupa, porque alguien tiene que pensar en el país, es defender a Portugal, defender el proyecto europeo y defender la moneda única».

Otros mandatarios sí subrayaron que, gobierne quien gobierne, la ciudadanía portuguesa deberá apretarse aún más el cinturón. Por ejemplo, el presidente de la Comisión Europea, el también luso José Manuel Durao Barroso, manifestó que «la necesidad de consolidación fiscal y reformas estructurales» es «importante para la confianza en la economía portuguesa».

«Ambicioso» plan de recortes

La canciller alemana Angela Merkel se pronunció en un tono similar, instando al futuro Gobierno lisboeta a asumir «como propio» el rechazado programa de recortes, que no dudó en calificar de «ambicioso».

Concretamente, entre las medidas contempladas se recogen, entre otros, recortes en las pensiones superiores a 1.500 euros, en los fondos destinados a administraciones regionales y municipales, en las empresas y obras públicas, y en las indemnizaciones por despido. Con todo ello y un incremento en los impuestos al consumo se pretendía un recorte del déficit en 2011 de un 0,8% del PIB.

Estas medidas se hubieran sumado a otras aprobadas anteriormente, cuando se redujeron los salarios de los funcionarios, se congelaron las pensiones, se aumentaron los impuestos sobre la renta y sobre las operaciones de capital, se privatizaron empresas públicas y se redujeron los gastos e inversiones.

Un rescate de 75.000 millones

Sobre esta crisis planea la posibilidad de que Portugal tenga que acogerse a un «rescate», como ya hicieron en su día Grecia e Irlanda. El primer ministro luxemburgués y presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, se atrevió incluso a dar una cifra: 75.000 millones de euros.

Pero ni el «Gobierno en funciones» ni la principal fuerza de la oposición, el Partido Social Demócrata (PSD) -de centro-derecha-, quieren dar aún esa batalla por perdida. El ministro de Presidencia, Pedro Silva Pereira, aseguró que «el Gobierno continuará luchando contra un eventual recurso de ayuda externa, porque la economía portuguesa está en condiciones de resistir, aunque no escondo que la decisión tomada precipitadamente por los partidos de la oposición en el Parlamento dejó la situación portuguesa más difícil».

Pedro Passos Coelho, líder del PSD, mostró su confianza en que el rescate no sea necesario. Ya en clave electoral, subrayó que «lo importante es que los próximos comicios en Portugal conduzcan a un Gobierno fuerte, que pueda exigir menos sacrificios a la población y crear más confianza en los mercados internacionales». Un nuevo Ejecutivo que, a su juicio, debe ser «capaz de controlar el déficit con un programa de consolidación presupuestaria más estricto del actual».

8.300 millones

Portugal necesita durante los próximos dos meses meses más de 8.300 millones de euros de financiación de los mercados. Para ello está vendiendo bonos a un interés superior al 8%, un nivel considerado insostenible.

rebaja de fitch

La agencia de calificación Fitch anunció ayer una rebaja de la nota de Portugal en dos niveles, de A+ a A-. Con esta decisión, la nota otorgada es la séptima más baja en una escala de veintidós, según los cánones de esta agencia.

Media docena de estados anunciarán sus compromisos

La Cumbre de Bruselas tenía como objetivo la ratificación del denominado «Pacto del Euro» contra la crisis, al que ya se han adherido otros seis países que conservan sus monedas: Polonia, Bulgaria, Dinamarca, Rumanía, Malta y Chipre, según anunció el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. Pero la delicada situación portuguesa obligó a postergar el resto de la agenda y, más concretamente, los compromisos concretos que iba a presentar cada estado. Aunque la fecha tope para hacerlos públicos es abril, media docena de gobiernos se adelantarán para mandar una señal al mercado, entre los que se encuentran Alemania y los estados español y francés.

Por otro lado, Alemania tiene previsto solicitar una modificación de lo aprobado el lunes pasado por los ministros de Finanzas de la zona euro respecto al fondo para rescatar a países en bancarrota. Los ministros acordaron que los estados hagan las primeras aportaciones de manera gradual desde 2013 en un plazo de tres años, pero Alemania, que contribuirá con 700.000 millones -el 27,1 % del total-, ha pedido ampliar este período a cinco años. GARA

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