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FUSIÓN DE CAJAS VASCAS

El SIP de las cajas supone su bancarización

Es evidente que ninguna de las tres cajas necesita integrarse de esta manera debido a su situación privilegiada. ¿Por qué cambiar un modelo que es absolutamente exitoso?

GUZMÁN RUIZ GARRO Consejero en la Asamblea de BBK

La bancarización consiste en transformar las cajas de ahorros en sociedades anónimas y la pérdida definitiva de la obra social, así como caminar hacia la exclusión bancaria de la parte de la población con menor renta, que no sería objeto de interés por su escasa rentabilidad.

A los mentores del SIP entre BBK, Vital y Kutxa les falta explicar en qué se va a beneficiar a los y las ciudadanas de este país con la transformación en un banco. Habría que preguntarse ahora quién compensará la desaparición del dividendo social de las cajas. ¿Qué institución repondrá las decenas de millones que van a dejar de destinarse a la obra social? ¿Qué iniciativa reemplazará sus fines fundacionales coadyuvando al desarrollo de nuestro tejido industrial propio, al sector primario, a que no se excluya a los más frágiles y necesitados? ¿En qué quedará el fomento de la competencia financiera y el ahorro popular?

A corto plazo, lo que sí va a evidenciarse serán las repercusiones negativas que aportará este SIP a la absorción del 50% del sistema en el estado, aumentando la concentración de poder en las manos de los oligarcas financieros causantes de la crisis y nada amigos del reparto de dividendos sociales.

El SIP ni garantiza, ni siquiera posibilita en la mayoría de los casos, la solución de los problemas de capitalización y eficiencia. El SIP se carga la naturaleza jurídica de las cajas y no salvaguarda la «necesaria» neutralidad política tan traída y llevada por los partidarios de la bancarización de las cajas.

Evidente es, además, que ninguna de las tres cajas necesita integrarse de esta manera debido a su situación privilegiada fruto, no olvidemos, de sus peculiaridades organizativas, de su carácter y naturaleza. ¿Por qué cambiar un modelo absolutamente exitoso?

No será que lo que se busca también es desdibujar el papel de las cajas en su territorio, porque una fusión natural podría suponer el fortalecimiento de un sistema financiero propio. Y poco ayuda el presidente de la BBK que en la última Asamblea proclamó que es decimonónico hablar siquiera de un sistema financiero propio y de ámbitos.

Que nadie se equivoque, la aparición de una nueva marca bancaria como consecuencia del SIP fortalecerá las tesis expansionistas y descentralizadoras, deslocalizará la inversión y no ayudará en nada a la construcción e independencia económica de Euskal Herria.

En el SIP, al constituir un banco como entidad de cabecera se abre, de par en par, la puerta a la mercantilización de estos centros de decisiones de las cajas, lo que en la práctica supone la privatización de las mismas.

En resumen: la naturaleza de las cajas, con el SIP, cambia y los que avalan esta operación, saben que se están cepillando las cajas de ahorros, aunque proclamen que se seguirá invirtiendo en la Obra Social y que es una fórmula idónea para dar un paso en el proceso. En el proceso, sí, pero en el de la privatización de las cajas. Luego habrá que ver, además, si pierden el control de «su» banco de nueva creación.

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