TRAS LA SENTENCIA DEL ts SOBRE SORTU
«La idea de Nafarroa se debe trasladar al resto del país»
Pello Urizar (Arrasate, 1968) llegó a la dirección cuando el partido parecía hundirse y ahora EA vive un momento de protagonismo. «Estamos en el ojo del huracán», dice sin perder el humor, y reconoce que buena parte de ello se debe a la apuesta valiente de la anterior dirección. Precisamente esa sensación de estar en un momento tormentoso y el deseo de no ofrecer ventajas a los inquisidores le hacen ser cauto con sus palabras, pero resulta fácil entender cuáles son sus intenciones.
Iñaki IRIONDO I
Visto el veto del Tribunal Supremo a Sortu, ¿cuál debe ser la respuesta de quienes no están de acuerdo?
Ha sido una sentencia política y así lo entiende la mayor parte del país, y la respuesta tiene que ser seguir en la apuesta para cambiar de ciclo, romper con la falsa mayoría institucional y hacer que en las instituciones haya un reflejo de lo que es la mayoría social. Tenemos que se- guir en esa apuesta sabiendo que de una manera coyuntural no se van a poder presentar todas las marcas políticas, porque PSE y PP utilizan todas las herramientas. Y también hay que movilizar a la sociedad, como hemos llamado a hacer los firmantes del Acuerdo de Gernika.
¿Cómo se puede hacer aflorar esa mayoría institucional en estas circunstancias?
A través de una apuesta comprometida con los acuerdos estratégicos firmados en estos dos últimos años, pero sabiendo que su traslación al ámbito electoral no va a poder ser directa, porque la marca de la izquierda abertzale no va a poder estar. Pero hay un compromiso para llevar adelante lo firmado en esos acuerdos estratégicos. Creemos que no podemos darles ventajas a las formaciones que están utilizando la ley para torpedear este proceso, pero tampoco podemos esperar a las siguientes elecciones para empe- zar a dar pasos en la conformación de la mayoría institucional que permita girar hacia ese nuevo ciclo político.
¿Cómo va a presentarse EA?
Con los pasos dados en Nafarroa estamos demostrando nuestra disposición a conformar un ente lo más plural y aglutinador posible. En Nafarroa ya estamos dando los primeros pasos. Y entendemos que esa idea se tiene que trasladar al resto de Hego Euskal Herria, de la misma forma que en Iparralde existe Euskal Herria Bai. A día de hoy no puedo decir cuál será la fórmula concreta, si va a tener un nombre o cuál será, pero apostamos por un ente aglutinador. Tras la sentencia del Supremo, Sortu no podrá tomar parte porque no será legal, pero tenemos que seguir con el esfuerzo aglutinador y sabemos que hay un sector de esta sociedad que está dispuesto a formar parte de esa suma.
En Nafarroa la fórmula va a ser EA más Herritarron Garaia. ¿Cómo será en el resto?
Hoy mismo se hará la presentación de esa voluntad política y creemos que ese esfuerzo se tiene que hacer también en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Con esa voluntad, luego ya veremos qué forma se le puede dar.
¿Han contemplado la posibilidad de acuerdos con Alternatiba o con Araba Bai?
Nuestra intención es la de hablar con todos cuantos quieran aportar. Sí hay voluntad de sumar tanto con Alternatiba como con Araba Bai y con independientes para hacer algo ilusionante y novedoso.
¿Cómo valora lo ocurrido en Nafarroa Bai?
Un periodista navarro me comentó hace unos meses que se estaba trasladando a Nafarroa la problemática que se empezaba a generar en la CAV y coincido con ello. Me da la sensación de que tanto el PNV como Aralar están incómodos con el nuevo ciclo que se está abriendo porque perciben que también les puede afectar a ellos, cuando yo creo que debieran sumarse a él. Pero como han decidido no unirse, creen que hay que debilitarlo o imposibilitarlo. Y desde esa lectura, en Nafarroa era el sitio dónde más fácil resultaba generar problemas. A EA le han exigido en Nafarroa cosas que no se les piden a otros, porque si algo condiciona realmente la práctica de NaBai son los acuerdos del PNV con el Gobierno del PSOE en materia de reforma laboral, de pensiones... Nosotros apostábamos por la NaBai abierta y creíamos incluso que es una fórmula a extender. Pero se nos obligó a elegir entre NaBai y nuestros acuerdos estratégicos, y la Asamblea Nacional determinó que los acuerdos los decide EA, no el PNV o Aralar.
Se ha incidido en que esa decisión podría tener un coste importante para EA en Nafarroa...
Quien incidía una y otra vez en ese mensaje era, entre otros, Txentxo Jiménez, y es uno de los errores que ha cometido, porque nuestra gente puede tener distintas posiciones, como en toda organización, pero no deja que nadie decida por ella.
¿Qué previsiones electorales maneja EA?
Cuando en octubre y noviembre de 2009 hicimos una reflexión interna sobre los pasos a dar, constatamos que hay gente abertzale, progresista, una bolsa de unas 150.000 personas que, por lo que fuera, se estaba quedando en casa en las elecciones. Con la apuesta que se está haciendo ahora de unir fuerzas, de sumar y no de restar, se está generando una ilusión en Euskal Herria que hace que una parte de esa bolsa de electores se esté reactivando, y esperamos que en las próximas elecciones se pueda ver un primer paso.
¿Van a pleitear para que Aralar y PNV no puedan utilizar la marca de Nafarroa Bai?
Tanto nosotros como Batzarre tenemos claro que ni el PNV ni Aralar tienen derecho a utilizar esa sigla, porque en los reglamentos internos de NaBai quedó especificado que para decisiones sobre la marca hacía falta la mayoría cualificada de tres de los cuatro socios. Además, cae- rían en una situación chocante, porque habría una Nafarroa Bai en las elecciones con dos de los cuatro socios y otra Nafarroa Bai en el Congreso de los Diputados con los cuatro socios. Nosotros creemos que eso no es compatible y ya se lo hemos trasladado al PNV y a Aralar. Lo que ahora se ha conformado no es Nafarroa Bai, es una coalición entre PNV y Aralar.
¿Y cómo son las relaciones en la NaBai que todavía existe?
No son sencillas, pero también es cierto que es más fácil gestionar lo que tiene que hacer una representante en Madrid que si hubiera que tratar sobre decenas de municipios. Es lo que nos queda hasta 2012.
Comentaba antes la apuesta de EA en 2009. Usted llegó a la Secretaría General en un momento difícil, tras un batacazo electoral y una escisión. Parecía que EA iba camino de la desaparición y ahora vive una resurrección...
Al día siguiente del Congreso hicimos una reunión de la Ejecutiva Nacional. Veníamos de unos resultados nefastos y de una fuga de cargos públicos que se centraba básicamente en Gipuzkoa. Analizamos si la decisión adoptada por la anterior Ejecutiva encabezada por Unai Ziarreta había sido acertada o debía corregirse. Vimos que había elementos coyunturales, como apostar tarde por un candidato propio frente a Ibarretxe, que habían influido en el resultado, pero que la apuesta básica era la adecuada y que lo que había que hacer era gestionarla para que diera sus frutos. Hicimos una reflexión interna que duró tres meses, las conclusiones se presentaron en noviembre de 2009 en el Palacio Miramar y después ha venido lo que ha venido. Hoy se nos dice que hemos tomado la decisión porque tras el batacazo electoral teníamos poco que perder. No. Hay que recordar que la decisión la tomó la anterior ejecutiva y que fue muy valiente, porque estábamos en el Gobierno, teníamos consejeros... Pero vimos que el PNV no estaba dispuesto a una confrontación democrática con el Estado y pensábamos que ese pulso había que echarlo.
Usted ha dicho que EA arriesgó mucho pero que el tiempo le ha dado la razón...
Bueno... ahora se verá en las elecciones si teníamos razón, porque las apuestas políticas al final tienen que pasar por las urnas para ver si la ciudadanía respalda esa decisión. Nosotros creemos que sí, porque lo estamos percibiendo en la sociedad.
Antes hablaba de la fuga de cargos en Gipuzkoa, ¿cómo ven a Hamaikabat?
En diferentes contactos que hemos tenido con el PNV les hemos comentado que han dejado de ser un problema nuestro para ser un problema suyo. Y me da la sensación que en breve van a dejar de ser un problema para nadie.
EA se define como un partido socialdemócrata. ¿Qué propuestas tienen en estos momentos de crisis?
Somos muy críticos con esta realidad en la que todos los hilos los mueve el mercado. Cuando comenzó esta crisis la lectura que se hacía era que los culpables eran los bancos y que había unas enormes bolsas de fuga de capitales. Todas aquellas reflexiones se esfumaron de pronto, se empezó a inyectar dinero a los bancos, porque de lo contrario caía todo el sistema financiero. Pero para ingresar esas cantidades hay que recortar de otros sitios, y se recorta a los trabajadores cuyos ingresos están sujetos y controlados por una nómina, a pensionistas, se sube el IVA y los impuestos indirectos... y luego los bancos presentan unos beneficios desorbitados e impresentables. Hay que tener voluntad para cambiar todo ese modelo. O empezamos a pensar de otra manera o independientemente de la buena voluntad que tengamos para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía de Euskal Herria seguiremos dependiendo de los hilos de ese mercado. Hay que trasladar el mensaje de que hay que hacer las cosas de otra manera.
Los acuerdos que ha firmado EA en los últimos tiempos son con formaciones que están a su izquierda, se ha sumado a las huelgas generales convocadas por la mayoría sindical... Parece una EA distinta a la de hace unos años. ¿Les ha generado esto algún problema?
Cuando estás en el gobierno, eso tiene sus compromisos. Tener compromisos con el PNV hacía que algunas de nuestras señas de identidad no las pudiéramos sacar. Entendíamos que podía merecer la pena hacer ese sacrificio si se avanzaba en otros temas como el derecho a decidir o dar la palabra al pueblo. Cuando vemos que nuestro socio prioritario no tiene voluntad de desarrollarlo -como se comprobó cuando Iñigo Urkullu dijo en setiembre 2008 que aceptarían la sentencia sobre la consulta y se ha visto luego incluso en los cables de Wikileaks-, pues decidimos cortar con eso.
Se les ve escaldados de la relación con el PNV. ¿Les va mejor con sus nuevos socios?
De momento estamos en el inicio y el entendimiento que tenemos es bueno. Nosotros hicimos una apuesta con el PNV que duró diez años y con esta llevamos apenas unos pocos meses. Pero en este acuerdo tenemos claro algo primordial: que todos estamos dispuestos a echar un pulso y a llegar hasta el final.