Los vetos y amenazas deben tener respuesta
Después de la ilegalización en primera instancia de Sortu, y pasando de puntillas o simplemente ignorando el hecho de que siete magistrados, entre ellos tres presidentes de Sala, rechazaron el veto contra esta formación, el Gobierno del PSOE, el PP y medios cercanos a ambos partidos han pasado a la amenaza directa contra cualquier fórmula electoral susceptible de aglutinar el voto abertzale y de izquierdas. El objetivo, que no ocultan, impedir o al menos obstaculizar que en las elecciones haya una papeleta que ilusione a ese sector de la sociedad vasca que se declara abiertamente independentista y que apuesta por un nuevo escenario político.
PSOE y PP, mayoritarios en el Estado español pero minoritarios en este país, buscan trampear una vez más las instituciones, lo que constituye un ataque a la más elemental idea de la democracia, más aún cuando esos dos partidos serían beneficiarios directos de esa trampa.
La mayoría social y política de Euskal Herria ha expresado su oposición a esos vetos y amenazas, y su apuesta porque todas las opciones políticas puedan concurrir en igualdad de condiciones. Una idea que volverán a defender miles de personas el 2 de abril, respondiendo al llamamiento del Acuerdo de Gernika, que en pocos meses se ha constituido como principal referente en la defensa de todos los derechos.