La institución que preside Markel Olano financiará la construcción de la polémica planta incineradora de Zubieta con 580 millones de euros, en los que no se incluye el porcentaje correspondiente al IVA. Ello preocupa a los agentes que se oponen a este proyecto, que ayer ofrecieron una rueda de prensa en Donostia, en la que censuraron las decisiones adoptadas por los responsables forales, especialmente por lo que tiene que ver a los compromisos económicos adquiridos.

Xabier Mikel Errekondo, alcalde de Usurbil y portavoz del Pacto de Zubieta, criticó que la Diputación se ha plegado «totalmente» a la voluntad y las exigencias de los bancos. Explicó que, fruto de las decisiones adoptadas por los responsables forales, la institución se ha convertido en un «títere de las instituciones financieras».

Errekondo fue más allá en su reflexión. «Serán 21 años de servidumbre política y económica de la Diputación por haber refrendado e impulsado la construcción de una planta incineradora, que no queremos y que nadie quiere pagar».

Para denunciar esta situación, los agentes que suscribieron el Pacto de Zubieta presentarán una moción en los ayuntamientos guipuzcoanos para dejar constancia del rechazo municipal a la incineración y a las actuaciones impulsadas para que el horno incinerador de basuras pueda finalmente construirse, a pesar de la ausencia de un debate ciudadano sobre el tema.

El primer edil de Usurbil explicó que han solicitado reuniones con los responsables del Banco Europeo de Inversiones, La Caixa y Banesto. En los encuentros, avanzó Xabier Mikel Errekondo, se tratará de transmitirles el mensaje de que una parte importante de los guipuzcoanos no quieren que financien la incineradora.

Valoración positiva

Además, Gipuzkoa Zero Zabor ha efectuado una valoración muy positiva de la respuesta lograda en el flash mob realizado el pasado domingo por iniciativa de vecinos de Zubieta, al haber superado todas las previsiones de asistencia que tenían.

Una de las conclusiones, es que los guipuzcoanos han sido capaces de transmitir con este acto un sentimiento de solidaridad con las localidades y los vecinos directamente afectados, amén de resaltar que hay motivos para oponerse a la planta.