CRíTICA cine
«El rito» El exorcista exorcizado
Mikel INSAUSTI I
El rito” no es la típica película de terror sobre exorcismos, lo que no quiere decir que sea mejor o más original que las muestras del género que siguen el patrón clásico marcado por “El exorcista”. El guión se basa en un libro periodístico de Matt Baglio y, por dicho motivo, pretende ilustrar una investigación sobre casos reales de personas sometidas a exorcismos. La proyección comienza con un rótulo en el que se puede leer el reconocimiento de la existencia del diablo por parte de la Iglesia, a través del Papa Juan Pablo II. Lo que sigue es un debate entre la razón y la fe, claro que planteado de una forma unidireccional, puesto que la casi práctica totalidad de quienes intervienen en él son religiosos católicos. Aunque se introduce el personaje laico de una periodista, no pasa de ser mera observadora del curso para aspirantes a exorcistas impartido en El Vaticano. Son los sacerdotes que ejercen o se preparan en la lucha contra el demonio los que discuten sobre la naturaleza del mal, dejando bien sentado que siempre se buscan pruebas científicas para descartar la esquizofrenia u otra enfermedad mental antes de hablar de posesión diabólica.Se prescinde ya de entrada de los efectismos y los sustos terroríficos, con lo que “El rito” nunca pretende provocar miedo en el espectador. Diríase que lo que persigue a cambio es intimidar a los más escépticos, hacerles dudar con respecto a los fenómenos con pacientes descartados por los siquiatras que acaban siendo dados por poseídos. Para debilitar la resistencia del público no creyente, cuenta como única y principal arma con la persuasiva interpretación de Anthony Hopkins, que sabe muy bien cómo aparentar que está sumido en un trance. Sin el más mínimo histrionismo, el veterano actor es capaz de personificar a un exorcista que, de tanto enfrentarse con el maligno, acaba convirtiéndose en su víctima. Dicha inversión de papeles permite la actuación providencial de su joven discípulo, necesitado de acción para convencerse del todo.