No hubo noticias sobre el paradero de las tres personas desaparecidas en el naufragio del ``Zirri'', una embarcación que salió a pescar verdeles en la tarde del jueves y que volcó, según indicaron familiares de los dos supervivientes, por «un desgraciado accidente» provocado por «una pequeña ola« que inclinó la embarcación ayudada por el contrapeso de la pesca que ya habían efectuado.

El dispositivo de búsqueda de José Luis López, José María Romanillos y Óscar Martín se reanudó ayer a las 7.30 hasta bien entrada la tarde por la costa vizcaina, cuando la falta de luz obligó a los servicios de rescate a retirarse. Ayer, los rastreos se extendieron hasta la altura de Bermeo, en una franja de diez millas, y hoy está previsto que se amplíem estas labores hasta Lekeitio mientras hacia el oeste se vigila hasta Santoña.

La mujer de Txema Bilbao, uno de los supervivientes junto a Arkaitz de 11 años, explicó ayer a la agencia Europa Press que «la mar estaba como un plato» cuando la embarcación, de 6,7 metros de eslora y dos motores fueraborda de 150 caballos de potencia, partió del puerto de Zierbana con cinco personas a bordo para pescar verdeles.

En este sentido, también aclaró -saliendo al paso de algunas informaciones periodísticas acerca de que el número de ocupantes del ``Zirri'' era excesivo- que la tripulación máxima permitida en estas barcas es de seis personas.

Una vez que la ola provocó el vuelco, los cinco ocupantes cayeron al agua y uno de ellos -José María Romanillos, de 66 años, vecino de Erandio pero natural de Getxo- se hundió porque «le entró agua en las botas», mientras que otro -José Luis López García, de 52 años y policía municipal de Bilbo- prefirió tratar de acudir a una boya cercana y otro -Óscar Martín, de 44 años- el padre del menor rescatado junto con otro adulto, decidió ir en busca de ayuda.

«No se oían»

En concreto, el padre del menor -muy aficionado a la pesca y que regenta el bar ``La Trainera'', en el bilbaino barrio de San Inazio- se quitó «el calzado y la chaqueta» y decidió ir «a nado» para «pedir ayuda» a los barcos que se hallaban en los alrededores y que «no les oían» sus peticiones de auxilio.

Asimismo, el adulto que se quedó sobre la quilla de la embarcación «colocó el chaleco al niño» y ambos, por el momento los únicos supervivientes de este siniestro, pasaron toda la noche del jueves al viernes sentados en la quilla, «de espaldas el uno del otro». Como el menor «se dormía», el adulto le hablaba y le cantaba para que éste permaneciera despierto y el niño le llegó a preguntar si «se iban a morir».

Fue precisamente la esposa de Txema Bilbao, uno de los rescatados, la que alertó a Emergencias de que su marido no había regresado a casa, por lo que se organizó un dispositivo de búsqueda. De esta manera, el adulto y el niño fueron localizados el viernes sobre las 7.30 -tras once horas de odisea- a unas 13 millas en diagonal a Zierbena y a 9 -14,4 kilómetros- de Castro Urdiales, con la quilla del bote al sol.

Las labores de búsqueda de los tres desaparecidos se reanudó ayer a la mañana con embarcaciones de Salvamento Marítimo, Cruz Roja y Ertzaintza, así como un helicóptero de la Policía autonómica con personal de la Brigada de Rescate a bordo.

Navegar sin radio

Como suele suceder en este tipo de accidentes, ayer, a pesar de la conmoción que existe ante el caso, comenzaron a oírse las primeras voces de personas que pusieron en cuestión el modo en que se echaron a la mar los tripulantes del ``Zirri''.

El portavoz del Grupo de Expertos no Gubernamentales del Sistema Mundial de Socorro, Antonio Salgado, denunció que, conforme a acuerdos de colaboración entre Salvamento Marítimo los responsables de Náutica de Recreo, se permita a barcos como el ``Zirri'' navegar sin radio de comunicaciones.

En un comunicado, Salgado explicó que estos acuerdos de colaboración son «absurdos» e implican «una monumental estafa a la vida en la mar». A su juicio, el naufragio del jueves cerca del puerto de Zierbena, por el que todavía permanecen desaparecidos tres de sus cinco tripulantes, supone el «primer hachazo a la colaboración de Sasemar y la Náutica de Recreo».

«¿Tendrá algo que decir la directora general de la Marina Mercante de sus colaboraciones con la Náutica de Recreo? A las familias de los tres desaparecidos, ¿quién les explica que, si se cumpliese la legalidad, podrían tener más posibilidades de ser localizados con vida?», preguntó el portavoz del Sistema Mundial de Socorro.