Esto fue lo que, precisamente, nos propusieron estos artistas catalanes: unos temas que se fraguan en el universo sonoro de la banda, dan la vuelta al mundo con sus giras y regresan transformadas según las experiencias que hayan tenido por el camino. Las tres notas y el ventilador con púa en la derecha, siempre dan resultado, aún más sí se acompañan con unas letras sin artificios y hechas desde la parte más recóndita del alma. Y ya la cosa toma otra dimensión, si está concebido por igual con un trabajo pictórico en directo, donde Santos de Veracruz nos plasmó de una forma improvisada esa parte estética que tanto sabe cubrir y amoldar en «el aquí y el ahora». No cabe la menor duda que el público de Euskal Herria sabe mucho de la Rumba & Swing, ya que casi con un lleno absoluto, supieron en todo momento estar a la altura de las circunstancias, siguiendo las letras, llevando el compás con las palmas y pegándose unas pataítas (unos bailes) al ritmo del tres por cuatro.

El canallismo noble desde la coherencia y el saber estar, es un valor en alza que cada vez tiene más adeptos desde el flamenco más arrabalero hasta lo presente, por ello propuestas de esta índole tienen cabida por los cuatro puntos cardinales. Siempre estaremos agradecidos a proyectos que no se dejan influir y marcar por las casas discográficas y sus acólitos incondicinales y el Mushasho que toca el bombo hasta en el infierno, lo sabe. Y bien que lo sabe.