El significado de las onomatopeyas se suele entender mejor en la comunicación verbal. Pero, si tuviésemos que utilizar una en este momento, ésa sería, sin duda, un «fiuuuuu» muy largo. Y es que el coche que conduce el alemán Sebastian Vettel realizó en Melbourne Park una carrera sin errores desde el comienzo hasta el final, demostrando la superioridad aplastante de su monoplaza y, por qué no, de su pilotaje respecto a sus rivales.

Con su aplastante triunfo, el campeón del año pasado se convierte en el primer líder de la temporada, además de darle a Red Bull la primera plaza de la clasificación del Mundial de constructores, título con el que también se hizo en 2010.

La buena onda del equipo austríaco se vio desde el pasado viernes, en los entrenamientos libres de este gran premio. A pesar de que los tiempos de Vettel y su compañero Mark Webber no fueron los mejores, siempre se mantuvieron en los primeros puestos. Las pequeñas mejoras que aún necesitaba el monoplaza se vieron en la sesión clasificatoria del sábado, y ayer vivió de nuevo la cumbre del éxito.

Lo cierto es que Vettel no tuvo ningún obstáculo. Superó sin problemas la salida, el único impedimento con el que se podía topar, ya que su coche carece del KERS -sistema de recuperación de energía que da al coche una mayor potencia en un momento determinado-, y desde el comienzo marcó un ritmo infernal que nadie pudo seguir.

Como dato curioso, cabe destacar que solamente dejó el liderato de la prueba durante cuatro vueltas, cuando se detuvo por primera vez a cambiar los neumáticos del monoplaza.

Lewis Hamilton (McLaren) fue segundo, a 22 segundos de diferencia. El británico tuvo que rodar gran parte de la carrera con la parte delantera del fondo plano desprendida debido a una ligera salida de pista al final de la recta de meta en la vuelta 33 -de las 58 que constaba la prueba-. A pesar de llevar arrastrando ese material por el asfalto, el campeón mundial de 2008 logró llegar a la línea de meta sin ningún contratiempo.

El espectáculo estaba detrás

Si las dos primeras posiciones carecían de emoción, debido a la amplia diferencia entre ambos pilotos, todo el espectáculo de la carrera se trasladó a la lucha por la tercera, cuarta y quinta plaza, con Vitaly Petrov, Fernando Alonso y Mark Webber como protagonistas principales.

Los tres pilotos vivieron tres historias diferentes, con resultados también desiguales. El ruso, que a la postre entraría en el tercer cajón -logró subirse por primera vez al podio-, realizó una gran salida, colocándose cuarto, por detrás de Mark Webber.

El piloto de Lotus-Renault logró superar al australiano y colocarse en tercera posición, donde comenzó a aventajar a sus perseguidores hasta que llegó a alcanzar una diferencia superior a los 10 segundos. Ese tiempo se fue reduciendo muy rápido, hasta que en la línea de meta una sombra roja que le venía por detrás llegaba a poco más de un segundo.

Remontada de Alonso

Era la estela de Fernando Alonso (Ferrari), que finalizó en cuarta posición después de una carrera que se le puso cuesta arriba desde la salida. El asturiano perdió cuatro puestos después de que al final de recta Petrov desplazase al británico Jenson Button (McLaren) y éste hiciese lo propio con Alonso, que tuvo que poner dos ruedas fuera de la pista para evitar la colisión -el año pasado ya se tocó con Button en esa curva-.

Desde la novena plaza el piloto de Ferrari se vio obligado a remontar. Adelantó con relativa facilidad al japonés Kamui Kobayashi (Sauber) y al alemán Nico Rosberg (Mercedes), y se situó por detrás de Button, que se veía impotente para adelantar a Felipe Massa. El británico fue sancionado con un paso por la calle de talleres por cortar una curva cuando intentaba adelantar al piloto brasileño.

Así las cosas, Alonso superó a Webber en el tercer y último cambio de neumáticos para lograr la cuarta y definitiva posición de la carrera australiana.

Excelente trabajo con sanción

Mención especial se merece el debutante mexicano Sergio Pérez. El piloto de Sauber finalizó la prueba en séptima posición, y su compañero, Kobayashi, fue octavo en meta. No obstante, ambos fueron excluidos de la clasificación por los comisarios deportivos debido a que los alerones traseros no respondían a las medidas reglamentarias.

La escudería afectada apelará la decisión al manifestar que «este área no es la superficie de trabajo del componente y por tanto, relativamente poco importante para su función, y ciertamente esto no da lugar a ninguna ventaja de rendimiento».

Es lo que decían los hombres de Red Bull a Hamilton después de la calificación del sábado. El inglés pretendió subestimarlos mediante unas declaraciones de esta semana, comparando la historia y el palmarés de McLaren y Ferrari con la del equipo austriaco, refiriéndose a ellos como «sólo una marca de bebidas», quizás inmerso en un subidón de soberbia.

Esta primera victoria de Vettel nos brinda una muestra razonablemente clara de que el Red Bull no ha perdido un atisbo de su velocidad. Y eso que han rodado sin el KERS, tanto en calificación como en carrera, sistema con el que podrían haber ganado entre 0.2-0.3s por vuelta. Pero, ¿por qué no usar el KERS, si supone una clara ventaja en tiempo por vuelta respecto a no llevarlo? Quizás sea una cuestión que muchos ingenieros de otros equipos se hayan preguntado desde el sábado.

Los de Red Bull, adoptando una estrategia inteligente con el objetivo de desconcertar a sus rivales, se han hecho los interesantes y han alimentado la confusión evitando hablar del tema antes del comienzo de la carrera, como si se guardaran un potente as bajo la manga. Se ha hablado de un mini-KERS que aplicarían únicamente en la salida, con el que ahorrarían varios kilos, y que no necesitaría ni refrigeración ni sistema de recarga.

En cualquier caso, los ingenieros de Red Bull, conocedores de la abrumadora ventaja de su monoplaza, se han decantado por no comprometer innecesariamente su fiabilidad. Se lo podían permitir.

Sin embargo el dominio del coche de Vettel no se reflejó en el rendimiento en carrera de Webber, quizás debido a diferencias en la gestión de neumáticos de ambos. Ha dado la impresión de que la agresividad del australiano le ha forzado a optar por una estrategia de tres paradas (a diferencia de la de dos paradas de Vettel), lo que le ha costado el podio a favor de Petrov. Hemos visto estrategias variadas en cuanto a neumáticos, unas más arriesgadas que otras. Pero tampoco hemos sido testigos del baile de adelantamientos en pista que se auguraba debido a la degradación de los neumáticos y el sistema DRS (flap trasero ajustable).

Atardecía soleado en el circuito Albert Park, con temperaturas de 18ºC en ambiente y 23ºC en pista, que se reducían progresivamente durante la carrera. La temperatura relativamente baja del asfalto ha reducido diferencias de rendimiento entre el compuesto duro (prime) y el blando (option), además de contribuir a mantener la degradación dentro de límites asumibles.

Si se esperaban más adelantamientos en pista, muchos cambios de posición han tenido lugar en boxes, debido a la variedad de estrategias posibles en carrera. Con la llegada de Pirelli, la gestión de los neumáticos cobra una considerable importancia, un hecho que puede penalizar a coches puramente veloces y beneficia a pilotos con coches menos punteros, que pueden compensar su falta de velocidad pura con una acertada estrategia de neumáticos.

Por eso mismo puede que la posición de salida en parrilla no resulte tan importante como en años anteriores. Para muestra un botón: las carreras de Petrov y Pérez, que han terminado 3º y 7º, saliendo 7º y 13º respectivamente.

Nos sorprende gratamente Petrov. Tras su impresionante salida, codeándose con campeones del mundo, ha demostrado que está preparado para luchar de tú a tú en carrera con un piloto como Alonso, frustrando por segunda vez consecutiva las intenciones del asturiano. Más arriesgada ha sido la estrategia de Pérez, optando por una sola parada contra todo pronóstico, beneficiándose de la delicadeza de su Sauber con los neumáticos.

Se confirma el potencial de Sauber, y no sorprendería verles habitualmente en la lucha por los puntos junto a los Toro Rosso. Lástima la descalificación que han sufrido sus dos coches durante el escrutinio post-carrera. Pase lo que pase, incluso en caso de confirmarse la sanción, se debe reconocer el enorme trabajo del equipo.

La principal nota positiva del fin de semana la ha protagonizado McLaren, que ya está en la lucha por victorias. Tras los problemas de pretemporada, su recuperación ha sido fulminante, con un coche que corre mucho, además de tratar bien los neumáticos, lo que ha hecho posible la estrategia a dos paradas de Hamilton.

En cuanto a Ferrari, ni las características del circuito ni el estado del asfalto les han beneficiado esta vez, además de la desafortunada salida de Alonso. De todas formas, no nos debería sorprender verles en la lucha con Red Bull y McLaren dentro de dos semanas en Malaysia. Los compuestos de neumáticos serán los mismos, pero su rendimiento dependerá en gran medida del estado del circuito.