El Arrate sufrió una derrota contundente en Valladolid. El equipo eibartarra llegó a inquietar el marcador del anfitrión durante el primer período en una fase de relajación vallisoletana de la que luego se desquitó el bloque de Pastor sin clemencia. La defensa armera bloqueó al conjunto local, más aún al comprobar como el guardameta, Voncina, cada vez estaba más entonado. Tvedten falló incluso dos lanzamientos desde siete metros.

El Arrate perdió parte de su consistencia defensiva. Su 6:0 se había vuelto permeable y el Cuatro Rayas lo sabía, de ahí que cada vez intentase finalizar sus jugadas con una mayor prontitud y efectividad para no dar respiro a la defensa vasca.

En la segunda mitad, el cuadro dirigido por Julián Ruiz no encontraba la meta de Svensson. Se mostraba incapaz de contrarrestar la defensa con avanzado diseñada por Pastor, y al Valladolid le bastaba con mantener la firmeza y correr con cordura para provocar una sangría, que a falta de trece minutos empezaba a ser definitiva (24-16). Realmente lo fue, pues no sólo el Arrate no encontró las soluciones para intentar una remontada utópica, sino que su adversario maquilló más el resultado de un partido en el que sólo hubo historia durante la «pájara» vallisoletana.