No es el Rey Arturo, cuando recobra sus fuerzas y la Tierra florece mientras marcha a enfilar su última batalla, pero sí que tiene algo de épico. Hondarribia-Irun, después de dos años de mediocridad, malos resultados y frustradas ilusiones, al fin parece haber desvelado su particular secreto del Grial.

Siete victorias en once partidos es un bagaje más que positivo en la segunda vuelta para un equipo que sólo sumó cuatro al final de la primera. Y bien pueden ser ocho, si logra derrotar al Girona esta tarde, una victoria que abriría las puertas de la Eurocup al conjunto hondarribiarra por primera vez desde la temporada 2007/08.

Esta reacción tuvo como inicio precisamente el pabellón Fontajau de Girona. Hondarribia-Irun venía de caer en el derbi ante Obenasa en Hondartza, y bastante le estaba costando al cuadro guipuzcoano alejarse de los fantasmas del descenso como para mirar a cotas más altas.

Sin embargo, aquel 12 de diciembre, algo cambió. Girona, un conjunto que sólo lleva dos temporadas en la Liga Femenina, pero que ya casi ha asegurado su clasificación para la Eurocup -merced a una segunda vuelta casi tan buena como la de las hondarribiarras-, no podía con el vendaval verde. El marcador mostraba un alucinante 19-36 al descanso y, aunque las catalanas lograran arrimarse a cinco puntos -42-47, de la mano de Marina Ferragut y Natasha Lacy-, Hondarribia-Irun lograba un apabullante triunfo (54-75), y con él saltaría una chispa que ha encendido a las de Pepelu Mujika.

Invencibles en Hondartza

El año 2010 acabaría con una estrepitosa derrota por 50-93 frente al intocable Ros Casares, equipo contra el que Hondarribia-Irun cerrará la liga.

Ése fue el último tropiezo de las de Pepelu Mujika en Hondartza. Por orden de aparición, Cadí La Seu, Sóller Bon Día -equipo que compite por Europa y con el que tiene el average ganado-, Extrugasa y Gran Canaria fueron sucumbiendo ante el juego hondarribiarra, cada vez más seguro y más afianzado.

Cierto es que los gallos -Ros, Perfumerías Avenida, Rivas y Mann Filter Zaragoza- ya habían causado todos los estropicios posibles con su visita durante la primera vuelta, pero el Hondarribia-Irun de la segunda vuelta poco tenía que ver con el de la primera. La defensa había mejorado sobremanera, el regreso de Anna DeForge tras su grave lesión dio nuevos bríos al cuadro guipuzcoano y, por fin, la ansiedad por verse abajo se vio sustituida por una ilusión que se tejía en cada canasta. Y, con todo, hubo que lamentar la derrota sobre la bocina en Ibiza.

Pero el mayor golpe sobre la mesa llegaría en el duelo ante el Olesa hace 12 días. Hondarribia-Irun doblaba en el marcador a un equipo en plena descomposición: 101-48. «Las jugadoras y el equipo tienen ahora un reto personal, que es Europa. De modo que todas han seguido trabajando para que el equipo siguiera creciendo», recordaba el técnico Pepelu Mujika.

Y ahora, tras el último triunfo en Iruñea, llega la final, como recuerda María Revuelto. «Ante Girona hay que ir a vida o muerte; dependemos de nosotras mismas, porque en caso de empate a victorias tendríamos el average ganado».

El fuego de la ilusión es leve aún. Que no se apague.