Crónica | Manifestación sindical
La exigencia del marco vasco de decisión llega al corazón de Madrid
Más de 5.000 personas partieron en la madrugada de ayer de Euskal Herria, Galicia, Canarias y Catalunya para manifestarse en Madrid en contra de la centralización de la negociación colectiva y como rechazo a las reformas aplicadas por el Gobierno español.
Juanjo BASTERRA
Los gritos de «Independentzia» y «Galiza ceibe, poder popular» se pudieron escuchar ayer desde el mismísimo despacho del ministro Valeriano Gómez en el momento en que la histórica manifestación de los sindicatos nacionalistas llegaba al patio interior del edificio que alberga el Ministerio español de Trabajo e Inmigración.
Casi un centenar de coches y autobuses se desplazaron desde Euskal Herria, Galicia, Catalunya, Canarias y Aragón respondiendo a la convocatoria de la mayoría sindical vasca, formada por ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE e Hiru, a la que se sumó también ESK, así como al lamamamiento efectuado por la gallega CIG, la Intersindical Canaria y la CSC de Catalunya. Los secretarios generales de las formaciones valoraron muy positivamente el acto y concluyeron en la necesidad de actuar juntos para exigir los ámbitos propios de decisión y en defensa de los trabajadores.
La expectación fue enorme y las banderolas e ikurriñas llenaron de colorido el recorrido de 850 metros que separaba el Palacio de Congresos de Madrid -justo frente al estadio del Bernabeú- y la sede del Ministerio de Trabajo. Las gaitas gallegas también animaron la comitiva, que concluyó con el canto de La Internacional.
Nada más arrancar la marcha, se produjo el único incidente registrado en la jornada. Al paso de los secretarios generales de las formaciones convocantes de la protesta, arreciaron los gritos de «independentzia», momento en que un individuo trajeado y con gafas oscuras empezó a insultar a los manifestantes y a gritar «viva España». La Policía española, que estableció un fuerte dispositivo a lo largo del recorrido, retiró al provocador, mientras arreciaban los gritos de «jo ta ke, irabazi arte» por parte de los manifestantes.
Durante todo el recorrido se escucharon eslóganes como «No falta dinero, sobran ladrones», «PSOE y PP, la misma merde es», «Estado español, estado antiobrero", «CCOO y UGT sindicatos del poder«, «Ez, ez, ez erreformarik ez» y «la crisis mundial que la pague el capital», entre otros.
Al finalizar el acto, Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB, explicó que «llevamos dos años movilizándonos, defendiendo nuestro derecho a decidir y hoy se lo decimos aquí al Ministerio español de Trabajo».
Advirtió que «no nos vamos a resignar ni tampoco vamos a renunciar a los derechos que nos corresponden» y, tras destacar el valor de esta histórica movilización en Madrid, llamó a aunar las convocatorias sindicales para defender los derechos de la clase trabajadora, de Euskal Herria y de las demás naciones sin estado.
La secretaria general de LAB criticó a quienes acompañan al Gobierno español en sus actuaciones contra la clase trabajadora y dijo que «no vamos a renunciar a la confrontación». Con respecto a la reforma de la negociación colectiva, indicó que «se pretende centralizar la capacidad política y de decisión para favorecer a la clase empresarial», por lo que sugirió que se den «instrumentos a los trabajadores y se limiten las ansias de beneficio de los empresarios».
Souso Xeixo, secretario general de CIG de Galicia, aseguró que los presentes en Madrid mostraban el compromiso de la clase trabajadora y calificó de histórico el paso dado ayer.
Añadió que «debemos impedir que la reforma de la negociación colectiva salga adelante en los términos que se conocen, porque supone una centralización y burocratización para apartar a los trabajadores del control de los convenios».
Cerró el acto ante la sede ministerial el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, Txiki, quien envió un cordial saludo a la militancia de los sindicatos que acudieron a Madrid. «No nos resignamos, como hacen otros como pollo sin cabeza, que están al servicio del capital», dijo.
Recordó que, «con las reformas aprobadas, la clase trabajadora y la sociedad se van a empobrecer» y pidió que se produzca «un debate social, porque quienes tienen el poder económico culpan del déficit y la deuda a los salarios y los derechos sociales, cuando saben de antemano que no es cierto».
Tras acusar a la patronal de «chantaje permanente», manifestó que «no hay diálogo social, sino una mascarada para adormecer a la clase trabajadora».
Señaló que la negociación colectiva es un mecanismo para distribuir la riqueza, pero en los parámetros que se está negociando «significa desactivar» la acción sindical, por lo que pidió a los políticos a que rechacen la reforma de la negociacón colectiva para evitar «un nuevo error, como en las anteriores».
La manifestación recorrió 850 metros por el cengro de la capital española. Se inició frente al Estadio Bernabeu y terminó en el patio interior del Ministerio español de Trabajo. Allí se desarrolló el acto final con la intervención de Etxaide, Xeixo y Muñoz.
Nada más arrancar la manifestación, arreciaron los gritos en favor de la independencia y fue entonces cuando un individuo trajeado y con gafas se acercó y comenzó a insultar y a dar vivas a España. Fue retirado por los agentes policiales.
Las formaciones convocantes criticaron con dureza a CCOO y UGT por haber firmado todas las reformas contra la clase trabajadora y denunciaron que ambos sindicatos tratan de llevar la negociación fuera del ámbito para tenerla bajo control.
Los convocantes de la movilización, que ha supuesto un hito en las relaciones entre sindicatos del Estado español, valoraron de forma positiva la manifestación y recordaron que van a continuar con este tipo de llamamientos.