La UMP organizó ayer una convención sobre la laicidad, de la que se ha desmarcado el propio primer ministro, François Fillon, que en febrero advirtió de que «no se debe estigmatizar a los musulmanes». Responsables musulmanes pidieron boicotear el encuentro y la Iglesia católica sólo envió un observador. El cardenal de París, André Vingt-Trois, opinó que el debate conlleva los riesgos de «las aventuras más extremistas». Las cabezas visibles de las iglesias católica, ortodoxa, musulmana, protestante, judía y budista alertaron del riesgo de «confusiones» que puede generar el debate.

El secretario general de la UMP, Jean-François Copé tenía previsto anunciar en esta convención 26 propuestas para mantener una estricta separación entre las religiones y la esfera pública.

Por ejemplo, la UMP propone prohibir recusar a un agente del servicio público debido a su sexo o su religión. Esta propuesta contempla, en particular, los hospitales donde «mujeres, a menudo bajo la presión de sus esposos, se niegan a hacerse ocupar por un médico hombre», afirmó Copé. La UMP también propone un conjunto de medidas para erradicar los signos religiosos de los servicios públicos, la exigencia de tener un menú específico o de no tener que dar ciertas asignaturas en la escuela. Prohibido ya en los colegios, el velo puede también desaparecer de las cabezas de las madres que acompañan a sus hijos hasta el recinto escolar si prospera otra de estas iniciativas. Los signos religiosos también estarán prohibidos a los trabajadores eventuales de centros educativos y sanitarios, tanto públicos como privados.

Cuando habla Guéant

La polémica se suma a la que desde su nombramiento, el 27 de enero, levanta el ministro de Interior, Claude Guéant, cada vez que se refiere a este tema. El ministro, ha sido acusado de pescar en las aguas de una cada vez más pujante extrema derecha -una práctica que ahora asume su partido- y ha desatado airadas reacciones por sus comentarios sobre el número de musulmanes en el Estado francés y su comportamiento.

SOS Racismo anunció que presentará una denuncia contra quien, antes de sentarse en el Gobierno, era el más próximo colaborador del presidente, Nicolas Sarkozy en el Elíseo.