La «ofensiva final» acorrala a Gbagbo, que se resiste a firmar su renuncia
Los bombardeos de fuerzas francesas y de la ONU en apoyo de las fuerzas del presidente electo de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, precipitaron la caída de su oponente, Laurent Gbagbo. Sin embargo, acorralado, éste aún se resistía a ceder a la exigencia del Gobierno francés y de Naciones Unidas de que firmara un documento en el que reconociera a Ouattara como presidente del país.
GARA
Las fuerzas del presidente electo Alassane Ouattara lanzaron con el «asalto final» contra cuatro o cinco objetivos estratégicos militares claves en Abidjan, según informó un portavoz, Patrick Atchi, a la BBC. «La mayoría de los objetivos han sido conseguidos y el éxito es total», declaró a la televisión pública británica. Confirmó que entre estos objetivos figuraban el palacio presidencial y la residencia del presidente saliente, Laurent Gbagbo.
Las fuerzas de Ouattara se hicieron así finalmente con la residencia de Gbagbo después de un día de fuertes combates, y tras el apoyo de la fuerza aérea francesa y de la ONU (Onuci). Esa intervención fue decisiva para acorralar a Gbagbo, aunque no despejó la confusión sobre su situación.
Algunas fuentes afirmaron que se hallaba en un búnker en el subsuelo de su residencia. Según las fuerzas de Ouattara, negociaba la rendición con la ONU pero generales de Gbagbo hablaban de «conversaciones sobre un alto el fuego» en la embajada francesa, al lado de la residencia presidencial, protagonizadas por el ministro de Asuntos Exteriores, Alcide Djédjé.
Firmar un documento
París y Naciones Unidas exigieron a Gbagbo la firma de un documento en el que reconociera a Ouattara como ganador de las elecciones y presidente del país, según el ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, que aseguró que «estamos a dos dedos de convencer a Gbagbo de dejar el poder». Pero poco después el propio presidente saliente lo negaba en una entrevista con la cadena francesa LCI. «Yo gané las elecciones, no estoy negociando mi salida. No reconozco la victoria de Ouattara. ¿Por qué quieren que firme eso? Encuentro alucinante que la vida de un país se decida en una partida de póker en capitales extranjeras», declaró Gbagbo, quien se mostró dispuesto a discutir el recuento electoral.
Sobre su situación, afirmó que «no soy un kamikaze, amo la vida. Mi voz no es la de un mártir, no busco la muerte, pero si llega, llegará».
La inédita intervención de helicópteros de la ONU y de las fuerzas francesas tenía como objetivo destruir armamento pesado, aunque portavoces de Gbagbo afirmaron que provocaron numerosas muertes.
Los combates de los últimos días han dejado Abidjan, la capital económica del país, en una situación «absolutamente dramática», según la ONU. «La mayor parte de los hospitales no funciona, las ambulancias no circulan y cuando lo hacen disparan sobre ellas», dijo Elisabeth Byrs, portavoz de la oficina de asuntos humanitarios. «El acceso a la población civil es imposible y los cadáveres yacen en las calles desde hace varios días», añadió.
El equipo de Naciones Unidas encargado de investigar la muerte de civiles en Duékoué encontró una fosa común con cerca de 200 cadáveres en esta ciudad del oeste de Costa de Marfil que fue asaltada la semana pasada por las fuerzas de Alassane Ouattara.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, reclamó, en una conversación telefónica con el presidente electo de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, que forme un gobierno de unidad nacional cuanto antes.
La grave crisis política y de violencia en Costa de Marfil, que ha causado en torno a un millón de desplazados y refugiados, corre el peligro de degenerar en una lucha interétnica, según advirtió el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Antonio Guterres. «El conflicto genera nuevas tensiones étnicas en Abidjan y en el oeste» del país, señaló Guterres en una conferencia de prensa, recién llegado de un viaje por la región. El responsable de Acnur dijo que los marfileños de la etnia yakuba se identifican sobre todo con el presidente electo, Alassane Ouattara, mientras que la etnia guere es partidaria del mandatario saliente, Laurent Gbagbo, lo que exacerba las tensiones. Los duros combates entre las fuerzas de Ouattara y Gbagbo son la causa principal de la grave crisis humana que sufren los civiles en Costa de Marfil. Guterres describió una situación dramática en la capital financiera del país, Abidjan, donde en los últimos dos días las fuerzas de Ouattara han lanzado una fuerte ofensiva para tratar de desalojar a Gbagbo del poder. «En nuestra sede en Abidjan, nuestro equipo está bloqueado sin poder salir, junto con gente que se ha refugiado allí», dijo Guterres, quien reconoció que debido a la fiereza de los combates es cada vez más difícil ofrecer asistencia a los civiles.
Guterres señaló que debido al conflicto es difícil conocer exactamente el número de desplazados internos que ha habido desde noviembre, pero dijo que manejan la cifra cercana a un millón. A ellos se suman centenares de miles de refugiados que salieron a países vecinos, entre ellos 125.000 registrados en Liberia, y otros miles en Ghana, Togo y Guinea. GARA