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Un plantel ilusionado por superarse

Ilusión y satisfacción. Son las dos sensaciones complementarias que reinan en el seno de la plantilla de Itxako. Las amarillas sueñan con colocar su nombre en el palmarés del mejor torneo continental, pero también son conscientes del valor por haber llegado hasta aquí.

Natxo MATXIN

Esta es la segunda ocasión en la que la escuadra lizartarra disputa la Champions -la temporada pasada cayeron en la primera ronda- y las de Ambros Martín ya están haciendo historia y siendo el conjunto revelación de la mayor competición por clubes a nivel europeo. Sin perder el objetivo de alcanzar la final y atacar el título en las próximas semanas, la plantilla amarilla percibe, en palabras de tres de sus jugadoras -Andrea Barnó, Naiara Egozkue y Nerea Pena-, que el camino recorrido hasta ahora por el equipo ya tiene mucho mérito.

La capitana destaca que «es muy complicado llegar hasta aquí y en el vestuario valoramos mucho lo que es alcanzar una semifinal de Champions. Es lógico que todos nos hayamos contagiado por el ánimo de seguir escalando cotas, pero también hay que ser conscientes del mérito de estar donde estamos». Naiara Egozkue reafirma esta idea cuando señala que «igual la gente no es consciente de la importancia de haber llegado hasta aquí. Por poner un ejemplo, el Sagunto estuvo 16 años para ganar una Champions, no es nada fácil y lo importante ahora es disfrutar del momento».

Y eso es lo que están haciendo las de Ambros Martín, ilusión es la palabra que prevalece en el grupo. «Debemos tomárnoslo sin ninguna presión», comenta Egozkue, pero con el espíritu que les ha llevado hasta semifinales. «Hemos creído en nosotras mismas y peleado a muerte a sabiendas de que los rivales, a priori, eran superiores, pero sabíamos que no teníamos nada que perder. No tenemos experiencia, pero sí un equipo competitivo y completo, si el grupo funciona podemos ganar a cualquiera», recalca Barnó. «Estamos muy motivadas, se trata de un partido histórico y no se llega todos los días hasta aquí, un lugar en el que estamos como premio a nuestro trabajo», comenta ambiciosa Nerea Pena.

Enfrente habrá un rival temible, que se ha reforzado para afrontar el último tramo de la competición, con mucha experiencia y al que, de momento, le avala la estadística, pues eliminó en 2004 a Itxako de la EHF y el año pasado les derrotó en los dos envites de Champions. «Lo positivo es que no nos ganaron sobradas y ahora es diferente porque hay mucho más en juego, además tenemos opciones porque por algo hemos llegado hasta semifinales», indica Egozkue. En el choque no falta una cierta dosis de revancha, como admite Barnó. «Es cierto, el año pasado hubo la sensación de que nos faltó estar a nuestro mejor nivel para conseguir superarlas, se nos quedó una espinita clavada», confiesa la lizartarra. «Aunque pueda parecer todo lo contrario por los resultados que hemos cosechado contra ellas, de los tres posibles rivales en semifinales es el que mejor se nos puede dar por su estilo de juego», explica Pena.

Es posible, pero la gran segunda fase de las húngaras -sólo perdieron en la última jornada ante el Larvik- asusta tanto como el que se trate de una formación que no tiene fisuras sobre la pista. «Cada puesto está muy bien cubierto y tienen la mejor portería del mundo», insiste la iruindarra, después de que las magiares hayan fichado a la noruega Lunde, procedente del Viborg. «Tienen muy buenas lanzadoras y unas extremas rapidísimas, es un conjunto muy completo», coincide Egozkue, una opinión a la que se une la de la capitana amarilla: «No es débil en ningún aspecto, su ataque tiene calidad y experiencia, una defensa muy bien formada y dos guardametas que la verdad, no sé cuál prefiero que juegue, si Palinger o Lunde. Tienen, además, el arma de las contras cuando fallas en ataque».

Por si ello fuera poco, en principio el factor cancha tampoco es favorable a las navarras, tras quedar segundas en su grupo, pero ello no parece ser un obstáculo para muchas de las jugadoras amarillas. «La plantilla está un poco dividida en este aspecto -concede la atarrabiarra Egozkue-, hay opiniones en un sentido y otro, de lo que se trata, primero, es de ganar y después acumular la mayor renta posible». Para Barnó es una circunstancia a la que darle vueltas es trabajo baldío. «Tenemos que disputar la ida en casa y la vuelta en su pista, no hay más. No es algo que nos deba obsesionar porque se trata de una eliminatoria a doble partido, tanto si nos sale un partido redondo en Lizarreria como si no es así», advierte.

Nadie dijo que esto iba a ser un camino de rosas, pero a su favor Itxako tiene un arma que puede superar todo ese cúmulo de obstáculos: la fe de un grupo que confía ciegamente en sus posiblidades. «Vamos pasito a pasito, aunque nadie esperaba que llegásemos a este nivel. Veremos qué ocurre, pero los equipos se confeccionan para llegar a lo más alto», postula Pena. Así de simple.

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