Once menores, de entre 12 y 14 años de edad, murieron ayer en un ataque a una escuela en el barrio de Realengo en el oeste de la ciudad de Río de Janeiro, en una matanza que conmocionó Brasil.

Según las primeras versiones, el agresor fue un ex alumno de 23 años, Wellington Menezes de Oliveira, que irrumpió a tiros en la escuela municipal Tasso da Silveira, alrededor de las 8.30.

El ataque duró unos cinco minutos, según algunos testigos. Menezes de Oliveira se suicidó después de haber recibido un disparo en la pierna de un policía que llegó al lugar en pleno tiroteo, afirmó un fiscal. Un empleado explicó a «O Globo» que el joven llegó a la escuela «diciendo que daría una conferencia, fue a un aula de clases del octavo grado, que está en el primer piso y comenzó a disparar».

El fiscal Segundo Fernandes, que se encontraba en la zona en el momento del tiroteo, explicó que «un niño con un disparo en la cara llegó pidiendo auxilio y contando que un hombre entró disparando a la escuela. Un equipo se quedó ayudando al alumno, mientras otros dos fueron hacia la escuela».

Al menos doce estudiantes tuvieron que ser trasladados a varios hospitales, cuatro de ellos en estado grave, mientras decenas de personas abarrotaban las calles cercanas al centro para saber si sus hijos se encontraban bien.