Las fuerzas de seguridad dispararon ayer contra miles de asistentes a un funeral por los manifestantes fallecidos en la ciudad de Deraa, causando al menos dos heridos, según informó un defensor de los derechos humanos a AFP.

Por otra parte, la Organización Nacional de Derechos Humanos, una ONG siria, aseguró ayer que al menos 37 personas murieron por la acción de las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones que el viernes reclamaban reformas políticas en varias ciudades del país.

Al menos 30 personas habrían perdido la vida sólo en la ciudad de Deraa, en el suroeste del país y epicentro de las protestas contra el régimen de Bashar al-Assad. Otros tres opositores habrían fallecido en la ciudad de Homs, en el centro del país, y cuatro más en los barrios de Harasta y Duma, en Damasco, la capital siria.

El Ministerio del Interior de Siria acusó a grupos de infiltrados de disparar contra las citadas movilizaciones.

«Algunos incitadores a la violencia, intrusos y pagados por sectores externos conocidos se infiltraron entre los manifestantes y comenzaron a disparar indiscriminadamente con el objetivo de causar una división entre los civiles y la policía», subrayó el Ministerio en un comunicado difundido por la agencia de noticias siria Sana.

Sin embargo, no precisaron a qué grupo iban dirigidas esas acusaciones.