El vicepresidente primero del Gobierno español, Alfredo Pérez Rubalcaba, avanzó ayer que pondrá «dos lupas» sobre las listas electorales de Bildu, en relación al trabajo «coordinado y simultáneo» que llevarán a cabo la Policía española y la Guardia Civil con la Ertzaintza «para impedir que nadie pueda burlar la ley». Un operativo policial sobre el que diserto con el consejero de Interior, Rodolfo Ares, durante una reunión de trabajo celebrada en la comisaría de la Ertzaintza de Erandio.

En una conferencia de prensa posterior al encuentro, el ministro dijo que, en respuesta a un oficio de la Fiscalía, las diferentes fuerzas policiales «estarán atentas» para que los tribunales tegan «la información más completa posible» sobre las listas de Bildu, de las que formarán parte integrantes de Eusko Alkartasuna y Alternatiba, así como independientes.

Pero estas palabras fueron respondidas por el presidente de la asociación Dignidad y Justicia, Daniel Portero, quien manifestó que «para impedir que ETA esté en las elecciones lo que se necesita es un microscopio». Según él, «dos lupas hacen un efecto contrario, refleja una sobre otra. Hay que utilizar un microscopio porque van a intentar ir a por todas y van a mirar todos los resquicios». Según Portero, «la Guardia Civil y la Policía están trabajando mucho, pero falta voluntad de la Abogacía del Estado y de la Fiscalía».

«No cerramos la puerta»

El vicepresidente Rubalcaba aprovechó también su presencia en Erandio para referirse a la situación actual de ETA y lo hizo para reiterar que se vislumbra «el principio del fin», aunque apreció que la organización armada «sigue viva, porque no ha dejado las armas ni ha anunciado el fin de la violencia, y mientras siga así -añadió- estaremos con la guardia alta y mantendremos la firmeza policial y judicial que hemos demostrado siempre».

En esa misma línea, Rubalcaba asintió que «es cierto que la kale borroka está en mínimos históricos, que las cartas de extorsión ya no se envían, que la operatividad de ETA está bajo mínimos, y que en las calles de Euskadi la buena acción del Gobierno Vasco ha eliminado símbolos que podían hacer daño a víctimas y ciudadanos, pero ETA no ha cerrado la puerta definitivamente y nosotros, por supuesto, tampoco».