La escalada se desató el pasado jueves, cuando un cohete anticarro lanzado desde Gaza alcanzó un autobús escolar israelí e hirió a un menor y al conductor. Desde entonces prosigue de manera ininterrumpida la espiral de violencia entre ambas partes.

La serie de agresiones y represalias se disparó ayer con un ataque aéreo israelí en el sur de Gaza que mató a un comandante y dos milicianos palestinos, que a lo largo de la mañana respondió intensificando el lanzamiento de cohetes contra el territorio israelí.

Según fuentes militares israelíes, dos cohetes Grad lanzados desde Gaza impactaron al mediodía en la localidad israelí de Ofakim en tanto que más de una veintena de morteros cayeron en las cercanías de Eshkol, en ambos casos en áreas fronterizas con la franja palestina.

El sistema de defensa antimisiles conocido como Cúpula de Hierro, que Israel desplegó a finales de marzo en la zona, interceptaba entretanto varios cohetes dirigidos contra la ciudad de Beer Sheva, a 60 kilómetros de Gaza y capital del sur israelí, donde comienza a cundir el pánico. De acuerdo con medios locales, cientos de miles de residentes en la región han utilizado en las últimas horas los refugios para protegerse del lanzamiento de los proyectiles, que no han causado víctimas aunque sí casos de crisis nerviosa en las zonas alcanzadas.

Tras el ataque contra el automóvil en que viajaban el comandante Abu Snima y dos milicianos de las Brigadas Ezzedin Al Kassam, el portavoz de los servicios médicos de dicho grupo, Adham Abu Selmeya, cifró en dieciocho los muertos en Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí.

El ataque contra Abu Snima y sus acompañantes tuvo como escenario la ciudad de Rafah. Se produjo después de que, según fuentes militares israelíes, decenas de cohetes lanzados desde Gaza impactaran durante la pasada noche en territorio israelí.

Hamas y los grupos armados de la resistencia palestina en Gaza declararon el jueves por la noche un alto el fuego del que Israel asegura que no tuvo conocimiento. La Autoridad Palestina (ANP) hizo el viernes un llamamiento al cese de las hostilidades que fue desoído.

También el primer ministro del Gobierno de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, pidió ayer a Israel que detenga los ataques. El portavoz Sami Abu Zuhri advertía, no obstante, de que Israel «no debe malinterpretar la posición de los grupos de resistencia», y amenazó con multiplicar los disparos de cohetes y morteros contra los ocupantes.