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CRÓNICA | KORRIKA 17

La Lizarraldea euskaltzale avanza sorteando piedras en el camino

Con prisa y sin pausa. No había tiempo que perder. Los «euskalakaris» de Lizarraldea demostraron que están decididos a luchar porque su día a día sea euskaldun. Corrieron, rieron, pero sobre todo saltaron por encima de las piedras que algunos se empeñan en poner en el camino. Sartaguda disfrutó como el que más en la primera acogida a Korrika.

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Oihane LARRETXEA

Poco a poco, el euskara iba desapareciendo de los paneles callejeros. La posibilidad de leer en nuestra lengua los carteles que señalaban la plaza o el Ayuntamiento comenzaba a agotarse. Este gesto tan cotidiano pero sin embargo tan usual, fue sólo una mínima parte de las reivindicaciones que la gente de Lizarraldea, desde Morentin hasta Sartaguda, realizó ayer en Korrika. Avanzando con paso firme, los cientos y cientos de participantes que de una u otra manera se implicaron en la carrera, reclamaron la oficialidad del euskera para darle el lugar que se merece.

A su paso por Iratxe, dejando atrás a Aiegi, una multitud se apuntó a la marcha, que traía ya un buen número de gente desde varios kilómetros atrás. Entre las nuevas caras, destacaron las de un grupo que se incorporó «en bloque». Se trataba de la familia Urdanoz, nada menos que treinta miembros que compartían el mismo apellido. La de ayer no era la primera, sino la tercera edición en que participaban en Korrika de esa manera, en tropel familiar.

El testigo estuvo atareado durante esos mil metros porque, si bien no pasó por cada una de las manos de los Urdanoz, la docena de txikis que se agolpaban exaltados en primera fila no deseaban nada más que poder sostenerlo, aunque sólo fuera durante unos segundos.

Con la toga puesta

Tampoco era la primera vez de Bittor Leal, abogado de Lizarra que lucha por la euskaldunización del sistema judicial, se echaba a la carretera. «Hoy en día aún es imposible ejercer como abogado y hacerlo en euskara», explicaba. Pero lo más llamativo, sin duda, era su atuendo.

Leal corrió ataviado con la toga que caracteriza a los letrados, pantalón negro, corbata y camisa blanca. Corrió con un cartel colgado a la espalda en el que se podía leer: «Euskal Herrian justizian ere euskaraz». Con la mano derecha sostenía el «Decálogo de los Derechos Lingüísticos» redactado por Udalbiltza. Por cierto, calzaba zapatos negros, pero eso no fue impedimento para que mantuviera el ritmo.

El camino hacia Urantzia (Los Arcos) resultó de lo más animado. Varios txistularis que se encontraban a escasos metros del acceso a la localidad dieron la bienvenida a Korrika entre ikurriñas. Allí aguardaron decenas de euskalakaris, entre ellos el director de ``Argia'', Xabier Letona.

Al grito de «Sanz, entzun, Nafarroa euskaldun!» -dirigido al próximo ex presidente del Gobierno navarro-, todos se pusieron en marcha. Tras el «tirón de orejas», la oficialidad del euskara fue la reivindicación que más veces se escuchó. «Nos ponen impedimentos en el camino, pero no nos cansaremos de reclamar lo que creemos que nos pertenece», aseguraba una vecina de Urantzia.

En Lodosa las reclamaciones apuntaron en la misma dirección. Entre los korrikalaris se encontraba esta vez Maritxu, la zuberoarra que el primera día se emocionó en Trebiñu. Ayer, su cara expresaba las mismas sensaciones. Su compañera de aventura, Ixabel, estaba en la parte trasera, llevando el auto con el que ambas estarán en carretera durante los diez días de la marcha multitudinaria.

Haciendo algunos tramos en auto y otros a pie, Maritxu no mostró signos de fatiga ni intención de abandonar sin llegar a Donostia el próximo 1 de abril. «Lo que vimos en Iruñea fue muy emotivo pero vivir Korrika en lugares como éste es una emoción bien distinta e igual de satisfactoria», dice. Y nos despedimos hasta un nuevo encuentro futuro.

Las localidades hasta ahora mencionadas son viejas conocidas de Korrika. Por eso, si alguien disfrutó de una manera más especial el día de ayer, ése fue Sartaguda. Y es que ayer, por primera vez, la marcha a favor del euskara cruzó el municipio de lado a lado.

Sartaguda, por fin

Antes de llegar, y al igual que en los días precedentes, hubo tiempo para rendir homenajes. El más significativo fue el realizado en el Parque de la Memoria, dedicado a los vecinos del llamado «pueblo de las viudas», que fueron fusilados durante la Guerra civil española.

Con la ikurriña y la bandera republican como telón de fondo, los cientos de personas que en ese momento corrían tras el testigo rodearon la enorme escultura en bronce erguida sobre el césped.

Como si se dirigiera a los despistados, una grandes letras que decían «Ongi etorri Nafarroa gorrira!», escritas en la primera fachada de Sartaguda, recibieron, literalmente, con los brazos abiertos a la multitud.

Había sed de Korrika. Por eso los vecinos pusieron todo su empeño. Gente y más gente que se agolpaba en ambas aceras se mezclaba en un goteo constante con el gentío. «He corrido en varios puntos de Nafarroa y ayer (por el viernes) en Iruñea, que por cierto fue increíble, pero lo que estoy viviendo en estos momentos no sé cómo expresarlo», decía Txus, vecina de Sartaguda. Incidía en que «iba siendo hora» de recibir la visita de la marcha, esperando que no fuera la última.

Lizarra, multitudinaria

La última hora de la tarde terminó con ganas, con entusiasmo, de la misma manera con la que empezó la jornada. En todas las esquinas de las calles de Lizarra se agolpaban decenas de personas, formando pequeñas islitas repletas de gente.

Por eso, la marcha que procedía de Morentin y Muniain en seguida se multiplicó. Cuando la furgoneta que iba en cabeza llegó a Alde Zaharra resultó imposible adinivar dónde terminaba la multitud.

La marea humana fue recibida entre los sonidos de las gaitas, como no podía ser menos en Lizarra. Salvador y su hija Izar lo vienen haciendo desde hace años. Ella vive desde hace ocho en Barcelona, donde, por cierto, participó en la Korrika que organizó el viernes la Euskal Etxea de la capital catalana. Ayer dio un salto hasta su localidad natal para estar, como de costumbre, junto a su aita en «ese día tan especial que es la celebración de Korrika».

Miembros de la ikastola de Lizarra, así como del hospital García Orcoyen de esta localidad navarra, llevaron el testigo entre gritos a favor de la normalización del euskera.

Según la organización de Korrika, la participación de ayer fue una de las más multitudinarias que se recuerdan en Lizarra.  El buen tiempo y el hecho de que fuera sábado animaron a la gente a sumarse a la carrera y varios jóvenes que partieron en bicicleta rodaron sobre ruedas más de una hora.

Antes de que Korrika 17 pisará la ciudad del Ega, Olga Landa, coordinadora de AEK en Nafarroa, mostró orgullosa las nuevas instalaciones que se inauguraron en setiembre del pasado año. Ha sido por tanto una edición muy especial para el largo centenar de alumnos y profesores del euskaltegi Beinat Etxepare de Lizarra. Además de recoger el testigo frente a la puerta del euskaltegi, celebraron después con una comida popular una jornada tan especial para ellos.

Para aquellos euskalakaris que quieran correr a favor del euskara, la marcha llegará a primera hora de la mañana, concretamente sobre las 8:00, a Caparroso. Luego pondrá rumbo hacia Pitillas para llegar a Tafalla sobre las 11.00, donde se espera que se recibida con las sirenas y las luces de los camiones de los bomberos.

La carrera seguirá por tanto durante toda la jornada de hoy en Nafarroa, con un tiempo que se espera más fresco que el de las jornadas precedentes. Poco a poco tomará rumbo hacia el norte. Mañana espera Lapurdi, y luego otros cinco días de fiesta hasta llegar a Donostia.

 

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