Cuando el último veto impuesto por la Justicia española a una formación vasca, en este caso a Sortu, se encuentra todavía en plena fase de recurso, aquellos que quieren evitar a toda costa un escenario democrático en este país han puesto el punto de mira en otra opción política: Bildu. Ayer conocimos que la Fiscalía y el Gobierno español barajan impugnar todas las candidaturas de esta coalición en los comicios del 22 de mayo y, por otro lado, que la Junta Electoral Central ya ha instado a las Juntas Provinciales y de Zona a que faciliten toda la información a la Fiscalía sobre esas candidaturas.

Todas estas maniobras apuntan a una dirección: evitar que en las próximas elecciones pueda presentarse una opción que aglutine a los sectores de izquierda, abertzales y progresistas de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa. Una opción que, sin duda, puede dar un vuelco a la realidad institucional de los cuatro herrialdes de Hego Euskal Herria. Esta posibilidad es la que aterra al Gobierno español, y la que pretende impedir con todas sus armas, aun cuando la decisión del Tribunal Supremo sobre Sortu ha abierto grietas hasta ahora inexistentes en torno al discurso oficial en Madrid y las voces que desde el ámbito internacional le instan a que de pasos justo en dirección contraria son cada vez más contundentes y numerosas.

El Gobierno del PSOE parece dispuesto a llevar hasta el límite su estrategia de ilegalización, que en este caso podría afectar a dos formaciones como EA y Alternatiba, y por ello resulta inexcusable articular una respuesta unitaria, contundente y rápida desde Euskal Herria. Llegados a este punto, una denuncia más no parece suficiente. Es necesario impedir este atropello, porque la democracia así lo exige y porque, de producirse un nuevo veto, el escenario que se abriría tras los comicios en los municipios, Juntas Generales y Parlamento navarro sería inasumible. Hay tiempo de sobra para dejar claro al Ejecutivo de Zapatero y Rubalcaba que no se van a aceptar más ilegalizaciones, y esa es una labor que corresponde hacer a todos los agentes que han expresado su rechazo a las mismas.