CRíTICA cine
«Río» Aves exóticas
Mikel INSAUSTI
Hay homenajes a clásicos a la comedia musical como «Volando a Río» y, por supuesto, a Carmen Miranda y sus sombreros de frutas. Los arreglos de las canciones corren a cargo de Sergio Mendes, de quien suena el mítico «Más que nada». Los pájaros exóticos son las estrellas, con los humanos haciendo de meros comparsas para llenar las calles, las favelas y el sambódromo en plena apoteosis del carnaval. En conjunto es el equivalente carioca a la fantasía mexicana de Walt Disney «Tres caballeros».
Ahora vienen los peros, que una vez más tienen que ver con el guión y su desarrollo humorístico. La idea que el estudio Blue Sky vende de entretenimiento familiar pasa siempre por un tipo de aventura muy convencional, y que en «Río» está relacionado con una banda de traficantes de aves que secuestra a la pareja de guacamayos en peligro de extinción, y detrás de la cual se encuentra una cacatúa resentida. Es una forma de dar al público infantil y a sus acompañantes adultos justo lo que esperan ver, sin dejar espacio para la sorpresa, campo en el que, por el contrario, se sustenta el nivel superior de las producciones de Pixar. A falta de emoción dentro de la trama en sí, se intenta volcarla en el mensaje de fondo, cuya carga simbólica se sustenta en la capacidad para volar. El guacamayo macho la ha perdido fuera de su ambiente natural, por lo que para recuperarla deberá sentirse libre en un medio más propicio para ello. Al final, la risa vuelve a dejar un hueco para un pensamiento que se pretende serio y didáctico.
Dirección:
Carlos Saldanha.
Guión: Don Rhymer.
Producción: Bruce Anderson y John C. Donkin.
Fotografía:
Renato Falcao.
Dirección artística: Claude-William Trebutien
País: EEUU, 2011.
Duración: 96 m.
Género: Animación 3D.