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El comisario Almunia exige la devolución de las ayudas de las vacaciones fiscales

Joaquín Almunia recordó ayer en Bilbo que las empresas que se beneficiaron de las vacaciones fiscales tendrán que devolverlas. «Por ser vasco no voy a ser más blando, sino más estricto», precisó ante representantes del mundo empresarial que enmudecieron ante la afirmación. En torno a 300 empresas dejaron de pagar entre 750 y 1.500 millones a las arcas públicas. Pese a que las diputaciones dicen que se han devuelto, las palabras de Almunia lo desmienten.

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Juanjo BASTERRA | BILBO

El vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, llevó a cabo un amplio repaso de la actualidad económica en un acto organizado por APD Zona Norte y Consulnor. Describió una mejora de la actividad económica en el conjunto de la UE y recordó que «el epicentro de la crisis» se aleja del Estado español, aunque señaló, citando el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), que «no hay nadie que no esté en zona de riesgo en este momento».

En lo que respecta a las vacaciones fiscales, enfatizó que las empresas vascas que recibieron esas ayudas a la inversión y para evitar el pago del Impuesto de Sociedades tendrán que devolver esas cantidades. Aunque ese tema no se encuentra en este momento en primera línea de actualidad, el comisario europeo dejó claro que «por ser vasco no voy a ser más blando; seré más estricto en esta materia».

Estas palabras dejaron helados a los representantes del mundo empresarial que se acercaron a la conferencia titulada «Panorama económico europeo. Situación actual y perspectivas», y a la vez pusieron de manifiesto que, al contrario de lo que han manifestado en diversas ocasiones los diputados generales, las ayudas a unas 300 empresas -entre 750 y 1.500 millones- no se han devuelto, tal y como los tribunales habían demandado. Ese hecho motivó elevadas sanciones económicas, recurridas ante los órganos judiciales europeos.

Joaquín Almunia recordó, ante la gravedad del problema, que intentó resolver este tema de una manera amistosa, pero admitió que «fue imposible».

Problemas en la UE

Aunque en el encuentro con empresarios trasmitió una cierta sensación de tranquilidad, tuvo que reconocer que todavía persisten problemas importantes en ese mercado de 500 millones de personas que es la UE «porque el sector servicios, que es el que más crecerá, no actúa como un mercado único».

Apostó por «una economía digital» y reclamó «reforzar la visión exterior con políticas del siglo XXI». En este caso destacó el tema de la seguridad energética. «No se defiende la eficiencia y la seguridad a nivel europeo si cada país alcanza acuerdos bilaterales con los proveedores estratégicos» y dijo que la energía nuclear está cuestionada «hoy más que nunca».

El comisario europeo recordó que la UE se tiene que preocupar de «buscar motores de crecimiento, porque otros países han avanzado más» y dijo que, a partir de ahora, no se puede recurrir al endeudamiento.

En este caso, destacó que las reformas emprendidas por el Gobierno español en el mercado laboral, las pensiones y el sistema financiero «van por la buena dirección» e insistió en que el Estado español está lejos de poder ser contagiado por Portugal, porque «nada tiene que ver con Grecia, Irlanda o Portugal».

Pero, en cambio, mostró su preocupación por el comportamiento tan negativo del mercado laboral, del que dijo que necesita más reformas, puesto que «la tasa de paro juvenil es terrorífica, con más del 42%».

Almunia dijo que «esto ya ocurrió en la crisis de 1993. No basta con la reforma laboral, porque no podemos seguir con ese paro juvenil, porque sabemos que habrá una próxima de crisis, y no puede repetirse».

CRECIMIENTO

El comisario europeo reconoció en Bilbo que la Unión Europea debe preocuparse por la búsqueda de motores de crecimiento, porque otras economías están avanzando en ese terreno.

MÁS REFORMAS

Destacó que el Estado español no se encuentra en el epicentro de la crisis, aunque reclamó más reformas en relación al mercado laboral, ya que la tasa de paro juvenil «es terrorífica» y «hay que estar preparados para cuando llegue la siguiente crisis, porque sabemos que llegará».

La comisión financiera europea llega a un «Portugal arrodillado»

Los técnicos de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) llegaron ayer a Lisboa para comenzar la «evaluación técnica» de las finanzas portuguesas, paso previo a la negociación del volumen y las condiciones del rescate.

La llegada de los expertos fue recibida con pintadas de protesta contra el FMI en el centro de Lisboa. Es la tercera ocasión en la que este organismo interviene en la economía lusa desde la «revolución de los claveles» de 1974.

La llegada de los representantes de la troika internacional fue asumida como la materialización de una «humillación». Por ejemplo, el ex presidente Mario Soares presentaba su columna semanal en el rotativo «Diario de Noticias» con el expresivo titular «Portugal arrodillado».

Pedro Santos Guerreiro, director del diario económico «Jornal de Negocios» escribía en su edición de ayer que «el equipo que aterriza hoy en Lisboa viene a consagrar nuestro fracaso. Cada paso mientras descienden del avión será un golpe a nuestro orgullo, nuestra autonomía, nuestra autodeterminación». Mientras, el gobernante Partido Socialista (PS) y el centro-derechista Partido Social Demócrata (PSD), mayor fuerza de oposición, continúan acusándose mutuamente de ser los causantes de esta situación.

Durante esta semana, la comisión de la troika mantendrá encuentros con representantes del Ministerio de Economía y del Banco de Portugal. Será a partir del próximo lunes cuando comiencen las negociaciones con el Gobierno y la oposición. I. INTZIARTE

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