La élite económica y los empresarios vuelven a sacar mucha tajada de la crisis. Comprendieron enseguida que sólo mandando a la calle a miles de trabajadores podrían mantener su nivel de beneficios económicos y, a la vez, entendieron que se encontraban con una inmejorable oportunidad para aplicar recortes para la inmensa mayoría de la sociedad, tanto en el mercado de trabajo como fuera de él, y con el futuro de las pensiones, por ejemplo.

No van a parar ahí. Son insaciables. Si en 2008 y 2009 la disculpa fue la crisis, en este momento la mejora de los beneficios se ha convertido en un objetivo primordial.

Es el caso de firmas como Telefónica o de BBVA, que han anunciado la reducción de empleo por medio de prejubilaciones. Dos compañías con enormes beneficios.

Tres ejemplos claros, aunque podrían ser muchos más, avalan que a los empresarios y a la élite económica les va bien y a la clase trabajadora, muy mal.

Uno. El último boletín de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) confirma, aunque algunos todavía se quedarán sorprendidos y con la boca muy abierta, que el beneficio de las sociedades cotizadas no financieras aumentó un 40,1% en 2010 en comparación con 2009. Sumaron unos beneficios totales de 33.595 millones de euros. A cambio, los trabajadores tuvieron que apretarse el cinturón. Pero hay que recordar que existen 33.000 hogares de la CAV con todos sus miembros en el desempleo y que 196.856 personas se encuentran sin empleo a día de hoy.

Dos. Quienes nos dicen que se debe modificar la negociación colectiva y trabajar más, han visto esta semana que la OCDE, organismo nada sospechoso de defender a los trabajadores, ha manifestado que en el Estado español se trabaja más que en Alemania. Ocurre que falta mejorar la productividad, porque los empresarios no invirtieron en las mejoras en la época de bonanza, sino que se metieron al bolsillo las ganancias.

Tres. Quienes llamaron y firmaron la ampliación de la edad de jubilación y el recorte de las pensiones han tenido que ver que 17 de los banqueros españoles atesoran en conjunto un fondo privado de pensiones de 389 millones. De vergüenza.