No conviene dejarse engañar por el resultado. Lagun Aro GBC cayó con todo merecimiento en el Centro insular de Deportes. Una vez más, «La Roca» fue un fortín inexpugnable para los hombres de Pablo Laso, que maquillaron con fruición los números de un partido que, de haber querido los locales, hubiese acabado con una paliza de mucho cuidado.

El parcial de 19-34 obtenido por los guipuzcoanos en el último cuarto tuvo la trampa de que enfrente estaba un equipo formado por juniors como López, Domínguez o el debutante Alvarado, muchachos que disfrutaron de más minutos de los habituales porque Pedro Martínez consideraba que el partido estaba ganado.

Y a fe que tenía razón el técnico grancanario, porque la verdadera competición no duró ni diez minutos. Tras un breve tanteo con canastas alternativas, los amarillos se escaparon definitivamente con un parcial de 31-16. Carroll y Wallace lideraban a los locales gracias a su mortífero tiro exterior, amén de por la innumerable cantidad de rebotes conquistados en ataque, con los que los «pío, pío» hicieron muchísimo daño.

Por la parte donostiarra sólo funcionaban Domen Lorbek y Panko, a ratos. El duelo entre Carroll y Baron, simplemente no se produjo, porque el de Rhode Island estuvo bien defendido. Además, Doblas apenas pudo aportar por culpa de las faltas, mientras que Kone y Miralles -especialmente el badalonés- sufrieron lo indecible ante Rey y Borovnjak -Laso reconvino con un par de broncas a Miralles en los tiempos muertos-, y aguardaron a los últimos minutos para arreglar un poco sus estadísticas. A este hecho cabe añadir que si Xavi Rey hubiese tenido un día más fino de cara al aro, la comparación de lo aportado entre unos y otros hubiese sido aún más sangrante.

A jugársela ante el Granada

Después del 46-31, el partido cayó en un tercer cuarto sin brillantez. El juego decayó, pero no la diferencia del Gran Canaria, impotentes los hombres de Laso de entrar en dinámica anotadora. Para más inri, un alero peleón pero aún inexperto como Javier Beirán, con la colaboración de Bramos, dio el tiro de gracia a Lagun Aro GBC, fruto de sus rebotes y su versatilidad, logrando anotar de tres e incluso a base de buen juego sin balón.

Con el choque en el bolsillo, Pedro Martínez decidió jugar los últimos minutos con su cohorte de jovencitos. Ellos, que jugaron con el propio Carroll a modo de «padrino», realizaron bonitas acciones, aunque se notaba su endeblez en facetas defensivas. Panko y Miralles engordaron sobremanera su anotación, mientras que Salgado también mejoró su carta de estadísticas. La diferencia bajó de los diez puntos, pero la posibilidad de voltereta en el marcador no existió nunca.

Con esta nueva -esperable, por otra parte- derrota en el zurrón, el duelo del domingo que viene en el pabellón Donostia 2016 Arena ante el Granada se considera vital, diríase que una auténtica final. En caso de ganar, Lagun Aro GBC se habrá asegurado la permanencia de forma matemática. Pero ojo, porque el Granada, completamente a la desesperada, se ha puesto a una victoria de la salvación, y será un rival doblemente peligroso.