Carlos GIL I Analista cultural
Tradición
Descartado el contrato con los dioses, las musas se escudan en sus miradas veladas, la inspiración asoma como un efluvio alcaloide y el talento se confunde con un postgrado. ¿Cuándo una ocurrencia se convierte en tradición? ¿Dónde se certifica que una tradición forma parte de una cultura? ¿En qué lugar del proceso administrativo una cultura asciende a la división de honor? Preguntas que buscan una pregunta final, ¿por qué la cultura que nosotros reconocemos es burguesa, conservadora y tradicionalista?
Las vanguardias han ido petrificando todos sus antecedentes, han sido la coartada perfecta para sedimentar el modelo imperante. Vacunas contra la destrucción de los valores tradicionales. El antídoto para las desviaciones de los revolucionarios más utopistas. Las quisimos tanto porque nos hicieron creer en otro mundo, otra ética, otra relación del artista con su entorno.
Hoy la tradición se llama mercado. La cultura lleva el alias de industria. No desistimos, miramos al frente esperando nuevos gritos libertarios. Vendrán post-vanguardias a polinizar nuestros huesos enamorados que florecerán en una anti-tradición.