Philippe Gilbert batió a Joaquín Rodríguez en la subida al Cauberg, donde estaba situada la meta, y refrendó su excelencia en las clásicas al ganar su segunda Amstel Gold Race consecutiva en tierras holandesas.

Gilbert, que venía de ganar la Flecha Brabanzona, fue el más fuerte en los últimos kilómetros y se vio beneficiado, además, por la instalación de la meta al final del último muro, un diseño que mermaba las opciones de Óscar Freire, un velocista, pese a que el cántabro llegó con el valón al pie del último ascenso.

La Amstel Gold Race, la clásica inaugural del tríptico de las Árdenas, cumplía ayer su 46ª edición con un trayecto de 258 kilómetros rematado con el ascenso al Cauberg. Gilbert partía como favorito, no sólo porque es un consumado clasicómano y ya venció el año pasado, sino porque venía de ganar la Flecha Brabanzona. La primera escapada tuvo como protagonistas a Thomas Degand (Veranda's), Albert Timmer (Skil-Shimano), Paolo De Negri (Farnese Vini) y Simoni Ponzi (Liquigas), que en el kilómetro 100 tenían diez minutos de ventaja sobre el resto del pelotón.

El equipo anfitrión, el Rabobank de Óscar Freire, empezó a trabajar para echar abajo la escapada y poco después colaboraron también el Sky y el Astana. La diferencia se esfumó en pocos kilómetros y Carlos Barredo se metió en la fuga junto a De Negri, Degand y Jan Ghyselinck (HTC-Highroad).

La incorporación de Barredo al cuarteto de fugados permitió al Rabobank ahorrarse el trabajo en el pelotón, del que tiraba, a 40 km. de meta, el Vacansoleil. La escapada murió poco después y la carrera quedó abocada a un desenlace clásico de ataques en el grupo delantero por una carretera de tres metros.

El desenlace

Van den Broeck, compañero de Gilbert, marcó la pauta cuando faltaban 18 kilómetros y formó un grupo de unos quince corredores. A 10 kilómetros de meta atacó Andy Schleck. Gilbert tuvo que abandonar su táctica conservadora para cazar al luxemburgués pese a que Freire se pegó a su rueda. En la última cuesta arriba saltó el Purito, catalán de Parets del Vallés, pero no logró despegar un solo metro a Gilbert, que le remató con autoridad en las cercanías de la pancarta final.

«Para mí es la semana más importante de la temporada. Había planeado estar al 100% en este período. Desde el miércoles tenía buenas sensaciones. Tengo experiencia en carreras de un día, y también tengo un equipo muy fuerte que me ha ayudado mucho física y mentalmente», aseguró el vencedor.

También el segundo en meta se mostró convencido de que ganó merecidamente. «Tengo que admitir que Gilbert ha sido el mejor. Cuando faltaban siete kilómetros traté de romper el ritmo para hacer un grupo pequeño y evitar una llegada masiva, y en el último kilómetro traté de distanciarle, porque como todo el mundo vio es mucho más rápido», explicó Rodríguez, muy satisfecho de su segundo puesto.