Leo en algunos medios que la número dos de la candidatura de Bildu al Ayuntamiento de Bilbo, Aitziber Ibaibarriaga, es sobrina de Txabi Etxebarrieta. Por si esto no fuera suficiente «delito», estos medios destacan que Ibaibarriaga tiene como amigos en Facebook a personas relacionadas con Bateragune y Floren Aoiz.

Confieso que yo también soy amigo de Floren Aoiz en Facebook y que además me parecen muy interesantes muchas de las cosas que cuelga en su muro. Además, confieso que también tengo como amigos de Facebook a personas que han pasado por la cárcel y a algunas que están refugiadas en el extranjero. Debo ser, por tanto, uno de esos que, según alerta Esteban González Pons, contamina todo lo que toca.

Por tanto, en un alarde de civismo y patriotismo constitucional, comunico a la Fiscalía que en mi lista de amigos de Facebook también están las siguientes personas, por si estuvieran ya contaminadas y hubiera que ilegalizar las formaciones a las que pertenecen: Aitziber Irigoras, alcaldesa de Durango por el PNV; Flora Marrero, parlamentaria canaria por Coalición Canaria; José Luis Uriz, ex edil del PSN en Atarrabia y que se presenta ahora por el PSC en una localidad catalana; y Marina Albiol, parlamentaria valenciana por EUPV (IU).

También comunico que soy amigo de la dirigente kurda Leyla Zana, a quien los tribunales turcos han impedido presentarse a las próximas elecciones, y de Haneen Zoabi, parlamentaria palestina en la Knesset y objeto de las iras de los sionistas. Quizá puedan trasladar esta información a sus homólogos de Ankara y Tel Aviv por si fuera de su interés.

Aunque los medios que criminalizan a ciudadanos vascos por sus amistades no dicen nade de Twitter -al ser sólo 140 caracteres quizás no sea tan nocivo-, sí que comunico que soy follower de Esteban González Pons (PP), Antonio Basagoiti (PP), Santiago Cervera (PP), Patxi López (lehendakari del Gobierno de Lakua por el PSE), Andoni Ortuzar (PNV), Javier Solana (ex secretario general de la OTAN) y Hugo Chávez (presidente de Venezuela). Y también de Santiago Segura. Lo confieso.