Cabilia reclama justicia diez años después de la «primavera negra»
Diez años después de los disturbios conocidos como «primavera negra» en Cabilia, las familias de las víctimas reclaman justicia y amenazan con recurrir a instancias internacionales para lograr el procesamiento de los responsables de la represión que provocó 126 muertos.
Abdellah CHEBALLAH (AFP) | ARGEL
«El dolor es inmenso, porque los autores de esos asesinatos aún no han sido juzgados: es la impunidad», se lamenta Khaled Guermah, el padre de Massinissa, el joven cuya muerte fue el detonante que hizo estallar Cabilia, una región tradicionalmente rebelde situada al noreste de Argelia. Los graves moti- nes provocados por su muerte fueron duramente reprimidos y se saldaron con 126 muertos y centenares de heridos, una revuelta que se conoce como «primavera negra».
«Nosotros hemos dado tiempo al Estado para que lleve ante la Justicia a los responsables de estos crímenes. Pero con su silencio, que ha durado diez años, nos vemos obligados a recurrir a los organismos internacionales para resarcir a los familiares de las víctimas», advierte a AFP Khaled Guermah.
Como cada año desde entonces, muchos habitantes de Cabilia se reunieron el lunes junto a la tumba de su hijo, en el pueblo de Agouni Arrous.
Muerto en la gendarmería
El 18 de abril de 2001, Massinissa, de 18 años, resultó gravemente herido por una ráfaga de kalashnikov mientras se encontraba en la gendarmería de Béni-Douala, una aldea montañosa. El estudiante había sido detenido tras un altercado trivial entre varios jóvenes y la Policía. Dos días después murió en un hospital de Argel.
Cabilia, que ayer celebraba el vigésimo primer aniversario de su levantamiento por el reconocimiento de su identidad bereber, se volvió a rebelar entonces tras las exequias de Massinissa.
La gente salió a las calles de ciudades y pueblos para exigir la salida de Cabilia de todas las brigadas de la Gendarmería. Las manifestaciones derivaron en enfrentamientos con la Policía, que empleó munición real para acabar con las protestas.
El presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, que había sido elegido dos años antes con la promesa de llevar la paz a un país, Argelia, asolado por la insurgencia islamista, se enfrentaba a la primera grave crisis de su mandato. Se decidió entonces crear una comisión de investigación, presidida por el eminente jurista Mohand Issad, originario de Cabilia.
«El informe que enviamos al presidente no tuvo ningún resultado. Todavía está en el cajón», señala Isaad. «Los responsables no fueron los gendarmes. Yo apunto a quienes no ordenaron un alto el fuego y no acudieron a restablecer la calmar», agrega.
Para Mohamed Meziane, líder del Movimiento Ciudadano Aarchs y quien encabezó aquellas protestas, «los asesinatos permanecen en la impunidad y sus responsables deben responder por sus acciones».
Para Mohamed Meziane, líder del Movimiento Ciudadano Aarchs y quien encabezó aquellas protestas duramente reprimidas, «los asesinatos permanecen en la impunidad y sus responsables deben responder por sus acciones».
Las reformas políticas anunciadas el viernes por el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, entre las que destaca una revisión de la Constitución en el plazo de un año, van a permitirle preparar su sucesión, según «El Diario de Orán».