LOS ANGELES TIMES (Traducción: GARA) 2011/4/23
Perdidos en Libia
¿Qué está pasando en Libia? Cuando lo analizamos por última vez, el presidente Obama había dicho que los Estados Unidos participarían en la zona de exclusión aérea esponsorizada por la ONU pero que ésta no era –y repitió el no– una guerra para derrocar a Gadafi. Más bien, el estrecho propósito de la operación era evitar un desastre humanitario. Reconoció que le gustaría ver marcharse a Gadafi, pero dijo que bajo ninguna circunstancias enviaría tropas de tierra para hacer que eso ocurriese.(...) El presidente lo ató todo en un paquete aseado e hizo que sonara prometedor y edificante, como una victoria para la moralidad, para la democracia, para los civiles inocentes en peligro y para toda la idea de una intervención humanitaria limitada.
Pero ahora, varias semanas después, el paquete aseado se está deshaciendo. La guerra hace estragos. Los rebeldes, desorganizados e insuficientemente equipados, no están ni ganando ni perdiendo; Gadafi tampoco está firmemente arraigado ni en su huida, como todo el mundo sabe. (...) En esta situación frustrante, como era de esperar, existe una tendencia natural a considerar la operación como una “misión que se arrastra” mientras EEUU y otros países de la OTAN intentan resolver como romper el estancamiento. Gran Bretaña, Francia e Italia dicen que enviarán asesores militares para ayudar a los rebeldes (en un movimiento que no puede ayudar pero que recuerda el gradual comienzo de la guerra de Vietnam). El jueves, el Secretario de Defensa, Robert Gates dijo que Obama había autorizado el despliegue de aviones armados no tripulados “Predator” para atacar a las fuerzas de Gadafi, profundizando la intervención de EEUU en el conflicto hasta parecerse cada día más a algo que va más allá de proteger civiles.
¡Vaya lío! Y no totalmente desconocido. (...) Por nuestra parte, preferimos ver la reducción de las ambiciones que la expansión de los medios. No vemos el lado positivo de involucrarse en una tercera guerra lejana en nombre de unos rebeldes de los que conocemos poco y aunque sea en contra del repugnante gobierno de Gadafi. EEUU no sólo no tiene ningún interés vital de seguridad nacional en juego, sino que tiene 100.000 soldados en Afganistán, 50.000 en Iraq y 18.000 más asistiendo a Japón tras el terremoto y el tsunami.(...)
(...) Es tiempo para que la administración Obama empiece a recalibrar sus objetivos. Es tiempo para pensar en acordar un alto el fuego, una solución negociada que incluya protección para los rebeldes y civiles. Quizás esto significará una división de facto del país. Quizás algunas reformas democráticas pueden ser negociadas. Esos pasos pueden darse incluso con el mundo continuando en sus esfuerzos no militares para instar a Gadafi a marcharse.
EEUU está librando otras dos guerras en este momento, y las dos han demostrado ser largas y frustrantes, y hay muy poco apetito para una tercera guerra. Los recursos de EEUU son limitados, y los argumentos convincentes no han sido encontrados. No nos dejemos atrapar en el más allá.