Tal y como lo hiciera hace cinco años, Itsasoruntz invita a la ciudadanía a sumergirse para reclamar una solución dialogada y sin exclusiones. La cita será el próximo 28 de mayo en el Puerto Viejo de Algorta (Getxo).

Coincidiendo con el quinto aniversario de su creación, que se celebrará en octubre, este movimiento cívico ha reafirmado los objetivos con los que se fundó: impulsar, promover y apoyar la apertura de un proceso de paz integral, sin exclusiones y en ausencia de violencia; y diseñar y organizar actividades originales que faciliten la participación de personas con diferentes pensamientos y sentimientos.

En su estreno consiguió reunir unas 300 personas que se sumergieron dibujando un flecha a favor de la repatriación de las presas y los presos vascos. En esta ocasión, pretende reunir a 400, por lo que ha realizado un amplio llamamiento a secundar la convocatoria.

Han recordado que su nacimiento coincidió con un contexto político y social que invitaba a soñar con la paz y, por ello, se quiso activar «un movimiento cuyo eje son las personas; cada cual habla en su nombre, su responsabilidad y bajo su única representación». Tras el final de aquel proceso, «Itsasoruntz entró en una fase de recogimiento y reflexión interna». Ahora, ante la perspectiva de una posible solución, ha retomado su actividad y en los últimos tiempos ha llevado a cabo numerosas iniciativas.

Itsasoruntz se define como «un movimiento cívico de carácter no violento; radical en cuanto a sus planteamientos y capaz de abrir diferentes espacios de libertad y participación».

Recuerdan, a su vez, que se trata de una iniciativa «desestructurada», que mantiene un funcionamiento en el que la confianza en la autonomía individual es clave, y en la que el respeto y garantía de todos los derechos civiles y políticos, así como todos los derechos individuales y colectivos, son sus principios básicos.