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Siria entierra a las decenas de muertos de las protestas del viernes con nuevas víctimas

Decenas de miles de ciudadanos sirios participaron ayer en los funerales por las decenas de víctimas mortales registradas durante las protestas antigubernamentales del viernes, que superaron el centenar, según el balance de la oposición. Los actos fúnebres volvieron a convertirse en un reclamo contra el régimen de Bashar al-Assad que fue nuevamente reprimido y sumó al menos trece muertos más al trágico cómputo de la víspera.

GARA | DAMASCO

Sólo un día después de que el presidente sirio, Bashar al-Assad, firmara sendos decretos para poner fin al estado de emergencia vigente desde 1963 y para abolir el Tribunal de Seguridad del Estado, las calles de las principales ciudades del país volvieron a teñirse de sangre el viernes cuando miembros de las fuerzas de seguridad y francotiradores dispararon contras las decenas de miles de personas que de nuevo exigieron mayores cotas de democracia y libertad y el fin de la corrupción y del actual régimen político. El balance de muertos registrados el viernes oscila, según las fuentes, entre 82 y 112.

Ayer, al menos otras trece personas por fueron abatidas disparos durante los funerales de las víctimas de la brutal represión del viernes, que dejó 82 muertos, según de AFP. Las víctimas se registraron en Latakia, Homs, Hama, Damasco e Izra'a.

Cinco personas perdieron la vida en Deraa, a manos de las fuerzas de seguridad que dispararon contra quienes iban a Ezreh para asistir al funeral, así como delante del hospital, explicó a esta agencia un activista. En Duma, en la periferia de Damasco, otras cinco personas murieron por los disparos de francotiradores escondidos en edificios situados por donde pasaba el cortejo fúnebre que se dirigía a la mezquita del cementerio. Al menos otras tres personas fallecieron por los disparos de las fuerzas de seguridad en el barrio de Barzeh, en Damasco.

Sangrienta represión

El viernes la oposición siria consiguió en todo el país una movilización inédita, que se convirtió en una de las más sangrientas desde el inicio de las protestas antigubernamentales el 15 de marzo. El 23 de ese mes, más de 100 personas murieron por disparos de las fuerzas de seguridad en Deraa.

Las fuerzas de seguridad abrieron fuego para dispersar las multitudes, después de que el régimen prohibiera cualquier manifestación sin autorización.

El Comité de Mártires de la Revolución del 15 de marzo, un grupo de militantes creado para censar las víctimas del movimiento de protesta, publicó una lista nominativa de 82 personas abatidas por los disparos de las fuerzas de seguridad y de los francotiradores entre los que hay niños y ancianos y aseguró que está realizando verificaciones sobre todo en Latakia, principal puerto sirio, donde el «balance podría ser muy elevado».

El Comité de Derechos Humanos sirio, con base en Londres, elevó ayer el balance a 112 muertos, algunos de los cuales no han podido ser identificados.

Otro grupo de militantes de derechos humanos habló de 92 muertos en un comunicado colgado en su página en internet.

Estas organizaciones de derechos humanos refirieron centenares de muertos y desaparecidos y acusaron a las autoridades de «aterrorizar y amenazar a las familias de las víctimas y secuestrar sus cuerpos». Aseguraron, además, que «decenas de heridos están en estado crítico», por lo que el balance podría aumentar.

El corresponsal de TeleSur en la zona, Hisham Wannous, aseguró que las agencias internacionales «ha exagerado» la cifra de muertos en Siria y desmintió que las fuerzas de seguridad hubieran disparado a los manifestantes.

Dimisiones

Dos diputados independientes Khalil al-Rafai y Nasser al-Hariri, elegidos por la provincia de Deraa, y el mufti de esa misma región -cargo religioso nombrado por el Gobierno-, Rezq Abdulrahman Abazeid, renunciaron a sus cargos en protesta por la sangrienta represión.

El Gobierno, que mantiene que salafistas vinculados a al-Qaeda y países extranjeros no identificados están detrás de la ola de protestas, no hizo ninguna referencia ayer a los sucesos del viernes. La agencia oficial Sana se limitó a señalar que las fuerzas de seguridad intervinieron con gases lacrimógenos y cañones de agua a presión para evitar enfrentamientos entre «manifestantes y ciudadanos» y para «proteger la propiedad privada», e informó de diez muertos, entre ellos varios policías.

Las condenas occidentales a la brutal represión del viernes no se hicieron esperar. Naciones Unidas, Unión Europea, EEUU, Estado francés, Alemania Austria, Grecia e Italia alzaron su voz para pedir el cese de la violencia. También terció Rusia, fiel aliado de Siria, que pidió a Damasco que acelere las reformas y promueva el diálogo.

El presidente de EEUU, Barack Obama, fue más allá que sus aliados y acusó a Siria de «reprimir a los ciudadanos con las mismas tácticas brutales que su aliado iraní», unas declaraciones rechazadas por Damasco que criticó la «falta de responsabilidad» de Washington.

yemen

El presidente yemení, Ali Abdulah Saleh, ha aceptado la propuesta de transición del CCG que implica su renuncia en un plazo de 30 días, según informó la CNN citando fuentes gubernamentales. Tanto Gobierno como oposición habrían accedido a la propuesta, pero Saleh debe aún firmar el acuerdo, que le proporcionará inmunidad absoluta.

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