DERBI ATHLETIC-REAL | Sólo cuando los blanquiazules estuvieron lejos de su área fueron mejores
El máximo rédito al juego directo y al balón parado
El duelo entre Caparrós y Lasarte se decantó a favor del primero gracias a los dos goles marcados en la primera media hora. Mientras el de Utrera introdujo cambios, el técnico uruguayo apostó por la continuidad.
Joseba ITURRIA
Joaquín Caparrós ganó la partida a Martín Lasarte en un derbi en el que al Athletic le bastó con imponer su juego directo y su poder en la estrategia en los dos primeros goles, en los que quedó en evidencia la debilidad defensiva de la Real, sobre todo cuando está metida en su área.
El técnico uruguayo no supo anular los poderes del Athletic con la entrada de Ansotegi y el de Utrera desactivó el juego directo de la Real al colocar de lateral izquierdo a Amorebieta con la intención de desbaratar el inicio habitual del ataque realista con balones a Xabi Prieto.
Lasarte repitió el once del último partido con la única variación de la entrada de Ansotegi por Labaka. Un cambio poco lógico porque el azpeitiarra es el mejor central en el juego aéreo y el más indicado para cubrir a Llorente. Nada más comenzar el partido el de Berriatua ya cometió un penalti sobre el riojano no señalado y en el primer gol le ganó la partida de la misma forma que Muniain superó a Rivas para enviar a la red el despeje de Bravo a remate del ariete.
El manchego volvió a ser superado por Javi Martínez en el juego aéreo en el segundo gol en una jugada que él mismo propició con un mal despeje. Al final la apuesta por Ansotegi y Rivas, que debía ser el encargado de ayudar a los centrales con Llorente y Toquero, no tuvo efectos positivos y para los 28 minutos el Athletic ya había conseguido marcar dos goles.
La clave, ir por delante
Ante un rival con esas virtudes, la Real debía busca el juego del segundo tiempo, mantener el balón y sus líneas lejos de su área. Pero cuando hizo eso ya tenía el marcador en su contra y, a pesar de que la Real jugó mejor que su rival en la segunda partes, sigue sin poder ni empatar cuando el rival se adelanta.
En el fútbol actual y más en un derbi, la clave está en adelantarse en el marcador y la Real recibe goles con demasiada facilidad. Con dos encajados en todas las salidas menos en las tres en las que ganó, no se puede ser competitivo. Y uno de los goles otra vez fue a balón parado, la faceta en la que la Real es uno de los peores de Primera y el Athletic el mejor. Esa también es responsabilidad importante de los dos entrenadores.
Lasarte volvió a apostar por la continuidad, como siempre. La convocatoria fue la misma del Calderón, tras dejar fuera a Illarramendi y Agirretxe, dos de los mayores talentos de la cantera a los que no les bastado con el buen nivel del pivote cuando ha jugado y los tres goles y la asistencia en los escasos 333 minutos que ha tenido el delantero.
Caparrós introdujo cuatro cambios con respecto del once que ganó en Iruñea al entrar Raúl, San José, Javi Martínez y David López y nada más iniciado el segundo tiempo introdujo un quinto porque no veía a Iraola en condiciones y prefirió colocar en ese puesto a De Marcos.
Lasarte introdujo los mismos cambios de la segunda parte del partido contra el Sporting, al dar entrada a Tamudo en punta y a Sutil en la banda izquierda y colocar en la media punta a Griezmann. Al final los cambios de siempre no aportaron nada, como es habitual, y desde el banquillo no tuvo más alternativa que el recurso final de colocar a Ansotegi de delantero centro para buscar un juego en el que el Athletic es mejor.