GARA > Idatzia > Kirolak> Futbola

CHAMPIONS LEAGUE Semifinales

El hastío queda descartado

Los dos duelos anteriores han multiplicado el suspense ante la nueva cita entre Real Madrid y Barcelona.

p034_f01_148x100.jpg

Amaia U. LASAGABASTER

Se suele acusar a la prensa deportiva de excederse en el uso de vocabulario bélico. Posiblemente con razón porque pese a que no escasean quienes tienen «El arte de la guerra» como libro de cabecera, también es probable que cuando los atletas se colocan en sus marcas, los tenistas ultiman la tensión de sus cuerdas o los futbolistas saltan al césped, no se acerquen tanto a Sun Tzu como a Fatou Diomé y su exaltación de la superación personal, el espíritu de un juego limpio y desinteresado y la satisfacción por un aplauso merecido como columnas del verdadero deporte.

Y, sin embargo, qué bisoñez desprende ese discurso ante el encuentro que enfrenta hoy a Real Madrid y Barcelona (20.45, ETB1). Batalla, guerra, asalto, combate, rebelión, zafarrancho... Parecen términos bastante más apropiados para referirse a la cita del Santiago Bernabéu, bastante más interesante de lo que cabía prever hace algunas semanas. Las chanzas sobre la acumulación de «partidos del siglo», cuatro en 18 días, han dado paso a una expectación de la que es difícil sustraerse. Precisamente porque los duelos precedentes, al más puro estilo folletinesco, han ido multiplicando el suspense. El mismo Real Madrid que caía humillado en el Camp Nou hace escasos meses, fue capaz de neutralizar la ventaja culé, con un jugador menos sobre el césped, en el envite liguero con el que se inició esta serie. El empate no sirvió de mucho a efectos clasificatorios, y si lo hizo fue precisamente para confirmar al Barcelona como campeón virtual del torneo, pero abrió un pequeño resquicio al final de esa hegemonía blaugrana que Jose Mourinho no considera tal. El equipo del portugués dio otro empujoncito a la puerta con su victoria en la final de Copa. No suficientemente contundente para hablar de un cambio de ciclo, pero sí de un cambio de escenario.

Porque el Barcelona ya no es imbatible. En realidad, tampoco lo era antes -la pasada temporada, sin ir más lejos, ni siquiera llegó a la final de Copa-, pero ninguno de sus contados tropiezos desde que comenzó su ciclo triunfal se había producido ante su archienemigo. Aunque eso tampoco signifique que la multimillonaria inversión de Florentino Pérez sea la causante, o al menos no la única, de las dudas que parecen empezar a aflorar en el entorno barcelonista. Si bien es cierto que Jose Mourinho, la guinda al faraónico proyecto merengue, parece tener la medida tomada al Barcelona, los interrogantes que se han abierto en las últimas semanas tienen mucho que ver con el propio equipo culé.

Once y plantilla

Antes del toque de atención que han supuesto los dos últimos duelos con el Real Madrid, el equipo de Pep Guardiola ya dejaba entrever ciertos signos de flaqueza, aunque sólo fuera por comparación. Tras cerrar la primera vuelta liguera a ritmo de goleada -3'2 tantos por partido y sólo cuatro encuentros ganados por la mínima-, el Barça ha reducido considerablemente el ritmo desde el ecuador de la temporada, reduciendo prácticamente a la mitad su promedio realizador y duplicando su porcentaje de empates y victorias por la mínima. Las alabanzas dejan paso a las dudas y aunque el «estilo Guardiola» sigue maravillando, ya no oculta las carencias de un fondo de armario escaso para tan grandioso equipo. El banquillo culé no ofrece relevos de garantías cuando el cansancio o los problemas físicos afectan a jugadores básicos, lo que a su vez provoca que aumente el riesgo de lesiones y agotamiento para estos. A lo que se suma la ausencia de alternativas a su juego habitual ante rivales con la lección aprendida. Y una calidad equivalente, claro. Como el Real Madrid, por ejemplo.

Un equipo que, al contrario que el blaugrana, ha ido de menos a más hasta plantarse en este final de temporada con la posibilidad de destronar al otrora intocable Barcelona. Incluso con, además de chequera y trabajo, una pizca de suerte. Porque tampoco Mourinho ha destacado, pese a contar con una plantilla más compensada -que se lo pregunten al Valencia-, por rotar demasiado a sus jugadores. Pero el cansancio y las lesiones llegaron antes que en Can Barça y eso puede acabar beneficiando a los madridistas porque también lo han hecho el descanso y la recuperación.

En la Castellana confían en que el «efecto Mourinho» ejerza de puntilla. Es discutible que el portugués sea el mejor entrenador del mundo, pero no que ese convencimiento -suyo y de la familia merengue- se deja notar a efectos morales, igual que su perfecta arrogación del papel de «malo malísimo», que encrespa a unos y motiva a otros a partes iguales. A un nivel más práctico, el Barcelona tiene más aún qué temer. Más allá de la escasa pasión que provocara el estilo con el que lo hizo, el Inter del técnico luso le apartó de otra campaña gloriosa hace un año. Con una táctica similar y una plantilla aún más talentosa, puede repetir ahora.

En teoría. La práctica, en dos actos, lo decidirá entre hoy y el próximo martes.

Guardiola adelanta que Iniesta no jugará

Junto al intercambio de recaditos sobre árbitros, céspedes y tácticas en el que se ha convertido estos días lo que antaño era un monólogo de Mourinho, la previa de este choque de ida de la semifinal de la Liga de Campeones también tiene hueco para la información exclusivamente deportiva.

Eso incluye la baja de Andrés Iniesta, que ayer abandonó el entrenamiento en el Bernabéu, y cuya ausencia fue confirmada posteriormente en la sala de prensa por su entrenador. La buena noticia para Guardiola lleva el nombre de Carles Puyol, que entró en la convocatoria, mientras Maxwell se quedó en Barcelona, víctima de una pubalgia.

Por parte madridista, no hay sorpresas. A excepción de Khedira y Carvalho -lesionado el primero y sancionado el portugués-, Mourinho cuenta con todos sus hombres fuertes. Como ya hiciera en la final de Copa, el entrenador luso podría volver a diseñar un once sin delantero centro específico, lo que dejaría a Benzema y Adebayor en el banquillo. A.U.L.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo