El Arrate ansía vencer hoy el derbi vasco que le enfrenta al Amaya Sport San Antonio (19.00, Ipurua) para dejar la permanencia virtualmente certificada y celebrarla con sus aficionados. El equipo antoniano, por su parte, necesita los puntos para asegurar su séptima posición e intentar un último arreón en busca de la sexta plaza.

Toledo, rival directo del Arrate en la lucha por evitar el descenso de la Liga Asobal, ha de remontar cinco puntos -cuatro puntos más el gol average- en cuatro jornadas, por lo que un triunfo armero convertiría en casi inviable el objetivo de salvación del cuadro manchego. La última victoria en la pista del Guadalajara debe servir para afrontar el choque con más ilusión si cabe.

Por parte antoniana, todas las miradas siguen puestas en la semifinal de Recopa contra el Tremblay francés -la vuelta se juega el sábado-, pero una victoria liguera no le vendría nada mal al equipo de Juanto Apezetxea, tras la última derrota por la mínima en el Universitario contra un Torrevieja en cuadro.

En la previa del partido, Niko Mindegia reconoció que «los dos últimos partidos de Liga en casa hemos perdido ante rivales que teóricamente teníamos que ganar y no han sido buenos. Evidentemente, vamos a tener una parte de nuestra cabeza en la Recopa, pero no hay que olvidar la Liga porque tenemos al Cuenca pegado a nosotros y no podemos permitir que nos pase».

El extremo Sergio Cid, por su parte, expresó el sentir del vestuario, que desea «darle una alegría a la afición», ya que en los partidos de casa no están teniendo «mucha suerte».

A la espera de soluciones. La plantilla del Arrate espera soluciones a la grave situación de impagos que padece, una deuda de 943.000 euros según la junta gestora. «Ahora son los políticos, las instituciones o aquellos que rodean al deporte vasco y al Arrate quienes deben tratar de aportar su granito de arena para que esto llegue a buen puerto», declaró a Efe Sergio Cid.

No hay campeón. El Barcelona no pudo proclamarse campeón matemático de la Liga Asobal tras caer en la pista del Ciudad Real por 30-27. Aunque le bastaba un punto para cantar el alirón, el Barça cedió en un partido lleno de tensión.