GARA > Idatzia > Iritzia> Txokotik

Gari Mujika Periodista

Rubalcaba se sincera y no se entera nadie

Al final, la eficacia en la Policía y Guardia Civil es información (...) La eficacia policial no sale del aire, no es casualidad, es fruto del trabajo». Es lo que pude escuchar al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, mientras en el coche seguía por radio las noticias de las impugnaciones de Bildu. No lo comprendí muy bien hasta que poco después me topé con una pequeña señal que marcaba 50, 30, luego «Stop», y por último... «Buenas tardes; pare el motor, deje las llaves en el salpicadero y saque los papeles del vehículo y el DNI».

Pero cuentan con mejores métodos para obtener la «buena» información; esa que los vascos incomunicados en dependencias policiales siempre «declaran de forma espontánea». Y siendo la dialéctica una buena herramienta para invertir realidades, y el miedo la mejor arma posible para atenazar voluntades, ocultan que «el imperio del miedo» en Euskal Herria no proviene de la resistencia, sino del Estado. De ese estamento que cuenta en exclusividad con la legitimidad de la violencia. Se supone que la tortura es un delito de lesa humanidad, pero el papel lo aguanta todo. ¡Incluso enumera unos derechos universales!

Ayer fueron los norteamericanos los que demostraron de nuevo al mundo que rechazar teorías como que «el medio justifica el fin» son papel mojado; claro está, si eres una potencia mundial. Sin rubor y complejo moral alguno admitieron que directamente iban a matar al «autor intelectual del 11-S», sin pretender capturarlo, y que supieron de su paradero gracias a «las declaraciones» de detenidos en su poder.

Y así se invierte el imperio del miedo por un tiempo. Ahora no será Al Qaeda el que altere el orden mundial; lo afirmó ayer Hillary Clinton: «Al Qaeda no puede agotar ni derrotar a EEUU». Y es verdad. Pero por desgracia les basta con otro 11-S u 11-M para que el pánico dé paso a la gestión mundial de los securócratas; a quienes los derechos les importan un comino.

Bin Laden lo tenía fácil. Sólo tenía que acudir a Patxi Zabaleta. Le diría, como a Troitiño, que se entregara. Sí, parece ser que decir tonterías y torturar salen gratis aquí y en el mundo.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo